Marta Ortega no lo ha tenido fada fácil para hacerse con la presidencia de Inditex. La salida de Pablo Isla como máximo mandatario del grupo textil que creó su padre durante muchos años ha provocado que Marta Ortega haya sido la elegida para ocupar el sillón más alto en la jerarquía de la empresa, a pesar de que los verdaderos poderes ejecutivos recaigan en otra persona: el consejero delegado de Inditex, Óscar García Maceiras.
Con García Maceiras marcando el rumbo de la empresa, Marta Ortega simplemente ocupa el puesto de presidenta en calidad honoraria, actuando como consejera dominical sobre el trabajo del consejero delegado. También es la encargada de las labores de reputación y mantener una buena imagen de cara al público. Pero Marta Ortega no siempre ha tenido todo de cara. Aunque pueda parecer todo lo contrario, la hija de Amancio Ortega se vio obligada a escalar la jerarquía de Inditex antes de poder ser elegida como presidenta de la empresa. Esta tarea le ha tomado muchos años.
Durante su estancia en Londres, Marta Ortega comenzó su andancia por Inditex. Lo hizo partiendo del escalón más bajo, contratada como dependienta en una de las tiendas de la City, donde doblaba camisetas y atendía a los clientes como una persona más. Marta Ortega considera que esta etapa fue fundamental en su vida y en la pasión por el diseño que desarrollaría después, aunque fue una experiencia realmente dura: "En la primera semana creí que no sobreviviría". Una de las personas que compartió esa experiencia con la hija de Amancio Ortega cuenta que para Marta la experiencia fue clave, porque las tiendas son "el lugar en el que se está en contacto con la moda y el cliente y de donde se sacan las conclusiones para el diseño. Me consta que a Marta le encantó".
Desde ahí, Marta volvió a España para entrar en el esquema corporativo de Bershka, otra de las empresas de Inditex, en un polígono industrial de Barcelona. En esta etapa, la hija de Amancio Ortega ya se había graduado en Ciencias Empresariales, y comenzó a aplicar su conocimiento en la sede de Barcelona primero y en Arteixo después.
Con su traslado a La Coruña, Marta Ortega descubrió su verdadera pasión: más que gestionar una empresa internacionalmente, que también, el verdadero motivo por el que se sentía contenta trabajando en Inditex era la posibilidad de crear moda y diseñar nuevas prendas de ropa. Desde entonces, el diseño de la última moda se convirtió en su principal actividad, gracias a la que se consolidó como la mejor empleada de la directora de Zara Woman y mano derecha de su padre, Beatriz Padín.
Desde Arteixo, Marta Ortega ha sabido posicionar la marca Inditex en uno de los lugares más altos del mundo de la moda, haciendo comunión con grandes firmas como Valentino, Narciso Rodríguez o Alexander Wang. Además, también ha sido clave en la contratación de otros estilistas y diseñadores que tan buenos resultados han aportado a la marca, como Karl Temper o Suzanne Koller. Marta Ortega entiende que, a través de estos grandes nombres del diseño y la moda, se puede hacer accesible la alta costura a todas y cada una de las personas interesadas en comprar un producto de Inditex. "Tender puentes entre las pasarelas y la calle, el pasado y el presente, la tecnología y la moda, el arte y la funcionalidad".
Está claro que Marta Ortega no ha tenido nada regalado en su trayectoria profesional, desarrollada enteramente dentro de Inditex. Esta carrera, además, ha provocado que se haya forjado una directiva conocedora de los engranajes internos de la compañía y que conoce perfectamente los modos de operar de todos los niveles de Inditex. Pablo Isla, el último presidente de la entidad siempre ha alabado el trabajo de Marta Ortega dentro de la compañía que fundó su padre. Reconoce que Marta Ortega "es muy humilde, pero tiene una opinión de todo". Isla parece no equivocarse. "Me gustaría estar cerca del producto. Creo que es lo que mi padre siempre hizo". Con estas palabras. Marta Ortega está preparada para continuar el legado de su padre como presidenta de Inditex.