La popularidad de Pedro Sánchez ha ido descendiendo con el paso del tiempo. Su toma de decisiones lo han convertido en, quizá, el presidente del Gobierno más impopular de toda la democracia moderna española, ganándose a pulso su salida de La Moncloa después de haber variado su estrategia en incontables ocasiones.
Los españoles se lo han hecho notar de la mejor forma que pueden fuera del periodo electoral: con abucheos y pitadas. Eso es lo único que está escuchando Pedro Sánchez en su pequeña gira por toda España, puesto que en los dos actos que ha realizado hasta ahora han estado marcados por estas muestras de desaprobación que los españoles han querido hacer llegar a Sánchez sin ninguna demora.
La inesperada amiga de Pedro Sánchez que trae de cabeza a Mediaset
Pedro Sánchez quiso rodearse de la plana mayor de Toledo para ir más blindado, pero fracasó estrepitosamente. La presencia del presidente de la Comunidad, Emiliano García-Page, y de la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, no ha servido para que Sánchez recibiera una fuerte pitada a su llegada al Palacio de Congresos de Toledo, donde se produjo el segundo día de la campaña "El Gobierno de la gente".
Ha sido precisamente la gente quien ha expresado su opinión: "Gobierno dimisión" y "Sánchez dimisión" fue lo más escuchado durante la llegada del presidente del Ejecutivo al Palacio de Congresos de Toledo. A nadie escapa que la impopularidad de Pedro Sánchez supone un golpe muy duro para la carrera por la reelección.
Los hechos comienzan a ser tan evidentes que incluso deben ser afrontados por los propios políticos. La alcaldesa de Toledo, durante su turno de intervención, ha señalado que "dan igual los pitos porque son cuatro". Pero la realidad es que la campaña de Sánchez para acercar al Ejecutivo a los ciudadanos y que estos conozcan las medidas que está llevando a cabo tiene un éxito mínimo.
En un principio, Sánchez debía ingresar al Palacio de Congresos de Toledo a través del garaje del edificio, pero la cantidad de manifestantes era demasiado grande para dispersarlos y seguir de forma segura con el procedimiento establecido. Por eso, el presidente tomó la decisión de salir del vehículo e ingresar a pie en el Palacio de Congresos.
Durante todo ese tiempo tuvo que soportar que los españoles le dijeran la verdad, lo que opinan de su Gobierno y lo que debería hacer para mejorar la situación del país: "Sánchez dimisión", "Gobierno dimisión". Este pequeño paseo de apenas varios pasos no es nada comparado con lo que experimentó en Sevilla hace dos semanas.
Sánchez arrancó allí la campaña "El Gobierno de la gente", pero lo hizo con la misma popularidad que en Toledo. El acto del 3 de septiembre fue uno de los más convulsos que se recuerdan. Al conocer el lugar y la hora donde se celebraría el evento, se presentó una multitud a las puertas del local para hacerle llegar a Sánchez su opinión con abucheos, pitadas y gritos de "Fuera, fuera". Además, estuvieron siguiendo al presidente del Gobierno como medida de presión, pero él se limitó a refugiarse en sus guardaespaldas y a seguir su camino con una sonrisa.