La princesa Leonor y la infanta Sofía son dos personas claves para el futuro de España. No solo se trata de la próxima jefa del Estado, sino que su hermana seguramente también tendrá un incalculable valor como representante de nuestro país en el extranjero y en los viajes oficiales que se deban realizar con el objetivo de extender la marca España.
La relación entre ambas está pasando por su mejor momento. A pesar de que Sofía ha estado siempre más retirada de los medios de comunicación, la pandemia ha cambiado esa tendencia radicalmente. Desde su lectura pública de 'El Quijote' en abril de 2020, Sofía está cada vez más presente en los actos públicos.
Además, la marcha de la heredera a Gales para continuar su formación académica ha posibilitado que Sofía pudiera hacerse cargo de las obligaciones de Leonor como princesa de Asturias, pero finalmente han sido Felipe VI y Letizia los que han decidido que dicha responsabilidad recaiga sobre ellos mismos. Esta decisión, sin embargo, no afecta para nada a las apariciones públicas de Sofía, que comienzan a ser más habituales en actos públicos y en los medios de comunicación.
Leonor y Sofía están unidas por su vínculo como hermanas y una estrecha amistad que demuestra que ambas son radicalmente opuestas. Muchos asesores de Zarzuela no dudan en resaltar el carácter más reservado y tendente al intimismo de la futura reina, que poco a poco va diluyéndose en favor de un comportamiento parecido al de su hermana Sofía, que es bastante más extrovertida.
Uno de los puntos más llamativos de esta relación de amistad entre las hermanas es el mote que Sofía le puso a Leonor cuando ambas tenían menos años y eran, prácticamente, unas niñas que recién eran descubiertas ante los medios de comunicación españoles. A pesar de que se llevan dos años, su cercanía de edad ha provocado un crecimiento conjunto que asegura que ambas tienen unos ideales parecidos y un esquema mental en el que solo cabe el bienestar a futuro de los españoles.
Cuando Sofía era más pequeña y no podía pronunciar correctamente, esta llamó a su hermana 'Leoló'. Este curioso apodo comenzó a utilizarse con relativa asiduidad entre los miembos de la Familia Real, llegando hasta nuestros días y permaneciendo como un mote para la princesa de Asturias y una nueva anécdota de las dos estrellas de la Corona de España.