Isabel Pantoja ha cumplido este año la redonda cifra de 65 años; y lo ha hecho mientras atraviesa uno de los peores momentos personales de su vida, y prácticamente en solitario.
Y es que la famosa tonadillera sigue 'encerrada' en su particular exilio en la finca Cantora, junto a su madre, Doña Ana, su hermano Agustín, y con la única compañia de sus gatos. Ni rastro de sus hijos ni de sus nietos, tal y como era la tradición familiar hasta el año pasado.
"Mi madre está muy mal" reconocía Chabelita ante los medios, a pesar de tener una relación casi inexistente con la tonadillera. Más inexistente es aún la relación de la cantante con su hijo Kiko, que ha roto por completo toda relación con ella.
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Tanto es así, que a pesar de ser su cumpleaños, el DJ no ha enviado mensaje alguno, ni positivo ni negativo, a su madre a través de las redes sociales, las cuales sí ha actualizado para informar a sus seguidores de que ya ha recibido la pauta completa de la vacuna contra el Covid-19.
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Sin embargo, su cumpleaños de este año es doblemente amargo para Isabel Pantoja; y es que, no sólo lo celebrará sin sus hijos y nietos en la piscina, sino que también constituye el primer aniversario de su ruptura con su querido hijo Kiko.
Y es que, según explicaba el DJ, fue en la celebración del 64 cumpleaños de la cantante en Cantora cuando Kiko Rivera se colaba en la habitación, siempre cerrada, donde encontraba los capotes, espadas, trajes de luces y enseres taurinos que Paquirri dejó en herencia a Fran y Cayetano, y que la cantante había asegurado haber perdido en un robo en el domicilio.
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Momento complicado en el que Kiko Rivera tuvo que decidir si mantener el secreto o llamar a sus hermanos, escogiendo hacer las paces con los hijos mayores de su padre a través de una llamada que rompería su relación con su madre.
Situación que llevó a Kiko Rivera a conocer la verdad sobre su propia herencia: "Me ha robado a sabiendas. Eran nueve fincas y ahora hay seis. Llevo hipotecado desde los dos años sin saberlo. No la voy a perdonar nunca".