Los cuerpos de Miriam, Toñi y Desirée, las tres chicas de entre 14 y 15 años conocidas como 'las niñas de Alcásser', fueron encontrados hace 29 años, después de dos meses desaparecidas, en un paraje cercano al pantano de Tous.
Terrible asesinato ante el que la sentencia judicial,dictada en septiembre de 1997 por la Audiencia de Valencia, y ratificada por el Tribunal Supremo, determinaba que "Miguel Ricart, en compañía de otro varón identificado y que no se encuentra a disposición del tribunal (Antonio Anglés), y posiblemente alguna otra persona más" secuestraron a las tres jóvenes para satisfacer sus deseos sexuales.
Motivo por el que secuestraron a las tres jóvenes, las llevaron a la caseta de La Romana, donde fueron sometidas a violaciones y torturas extremas para, a la mañana siguiente, ser ejecutadas y enterradas en una fosa cercana .
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Actualmente, únicamente Miguel Ricart cumple condena por este terrible suceso, mientras Antonio Anglés continúa desaparecido, siendo uno de los hombres más buscados por las autoridades españolas.
Sin embargo, la Justicia no se ha olvidado de los otros hombres que, presuntamente, podrían haber colaborado con Anglés y Ricart en la violación y el asesinato de las jóvenes: algo que hará que, 29 años después, se busque, en las muestras de pelo que se encontraron en la fosa y en la caseta, el ADN de hasta siete hombres que fueron considerados sospechosos del triple crimen de Alcásser.
Hasta 50 muestras de ADN serán analizadas
En concreto, los siete hombres serían tres hermanos de Antonio Anglés, Miguel Ricart, y otros tres amigos o conocidos de Anglés, que ya podrian estar fichados por otros delitos relacionados con la delincuencia o con la venta y consumo de estupefacientes.
Así pues, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses analizará, en sus laboratorios de Madrid y Barcelona, las muestras de pelo recogidas en los escenarios del crimen,habiendo enviado un escrito al Juzgado de Instrucción nº6 del municipio valenciano de Alzira, en el que se informa de los laboratorios donde tendrá lugar el análisis de los pelos encontrados.
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Un análisis, de medio centenar de pruebas, que el escrito destaca que se realizará a través de una zona del ADN mitocondrial y, según los resultados que esta prueba ofrezca a los investigadores, se podrá valorar si se amplía este estudio a otra zona del ADN.
Resultados que, tal y como ha explicado el laboratorio, necesitarán muestras de algunos parientes de las víctimas por la línea materna, pudiendo ser ya una de las últimas pruebas finales que consiga resolver el triple crimen, y dar paz a las tres familias que sufren desde hace 29 años.