"Entré en prisión como presidente de Òmnium y salgo como presidente de Òmnium" presumía hace apenas un año Jordi Cuixart, después de salir de la cárcel de Lledoners gracias al indulto concedido por Pedro Sánchez.
Un indulto que, a pesar de ser una 'bajada de pantalones' de los líderes independentistas ante el Gobierno español, fue vendida desde el nacionalismo catalán como una victoria del desafío independentista contra España, llegando a asegurar los recién ex presidiarios que volverían a cometer los mismos delitos, en cuanto contaran con la suficiente fuerza social para conseguir un resultado positivo para sus propósitos secesionistas.
Sin embargo, los meses han pasado, y Jordi Cuixart, anteriormente confiado en el independentismo y en conseguir la independencia, parece haber entendido que el extremismo nacionalista catalán, y el desafío violento contra el Estado español, sólo tendrán como resultado su vuelta a prisión.
Algo que parece que no está dispuesto a volver a experimentar, habiendo tomado el independentista una rápida decisión en esta entrada de año: abandonar la formación independentista Òmnium Cultural, y regresar a su trabajo de empresario.
"Tocan nuevos liderazgos y nadie es imprescindible" ha asegurado en una entrevista en RAC1 "Nos hemos dado cuenta de que no había mejor momento para pasar el testimonio que ahora que la entidad está consolidada".
"Nuevos liderazgos" ante la debacle independentista
Así pues, Jordi Cuixart ha decidido abandonar la formación que hasta ahora presidía, asegurando que seguirá siendo un 'activista' de la institución, que ahora será dirigida, si así lo confirman las bases el próximo 26 de febrero, por Xavier Antich.
Una decisión que el independentista ha asegurado que es "imprescindible", y que ha destacado que también deberán tomar otras formaciones secesionistas como JxCat o ERC.
"Hacen falta nuevos liderazgos. No podemos renunciar a Puigdemont, Junqueras o Gabriel, pero es obvio que en la situación actual, son necesarios nuevos liderazgos que propicien que se pueda llevar a cabo esta estrategia compartida" ha argumentado.
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Palabras que demuestran que los propios líderes independentistas saben que el movimiento nacionalista catalán atraviesa sus peores momentos, sin apenas apoyo social a sus premisas independentistas, confiando así Cuixart en que un cambio de imagen de la presidencia de las instituciones consiga volver a atraer a la ciudadanía, cada vez más cansada de las mentiras y el abandono de los secesionistas hacia la población catalana que les ha votado.