Florentino Pérez lo sabe. Joan Laporta, que sigue con él en la Superliga, le ha traicionado. Levantó la liebre y Tebas y Ceferin reaccionaron para detener el proyecto del presidente del Real Madrid. Laporta juega a dos barajas y a ser caballo ganador y tiene sus motivos.
Laporta se sentirá satisfecho tanto si la Superliga progresa como si queda condenada en el limbo. Si la Superliga triunfa, conseguirá uno de los objetivos del independentismo catalán al que él pertenece: desmarcarse de LaLiga española. En caso de que se diera la improbable independencia de Cataluña, Javier Tebas ya ha anunciado que el Barça no tendría cabida en LaLiga.
Y la Superliga le abre el cielo al Barça. En caso de independencia y de ser el Barça expulsado de LaLiga, no haría falta ir por ahí mendigando para que le dejen jugar. En la liga francesa, por ejemplo. Tampoco sería necesario limitarse a una liga catalana, de ínfimo valor. Si en España no quieren al Barça, directo a la Superliga, dado que Laporta cuenta que de triunfar la propuesta de la Superliga, Tebas reaccionaría igual e impediría a los participantes en ese torneo participar en el campeonato español.
Si la Superliga no triunfa
Eso si progresa la Superliga. En caso contrario, todo seguiría igual. Pero con represalias. Y previendo la situación, Laporta ha obrado con astucia chivándose tanto a Javier Tebas como a Aleksander Ceferin para que pudieran reaccionar a tiempo y le debieran un favor.
Se trata de que en caso de que, como dice Ceferin, los rebeldes "vuelvan a redil", el Real Madrid quede tocado y el Barça limpio de mancha. Y no cuesta imaginar que de cara al futuro la actitud de los árbitros con unos y otros sería bien diferente. En sus declaraciones oficiales, el presidente de la UEFA se ha apresurado a dejar al margen al Barça de la revuelta, dejando claro que comprendía a Laporta porque está sometido a mucha presión después de que fuera Bartomeu quien situara al club en el camino de la Superliga. "El Barça es el que menos me ha decepcionado", ha dicho.
Y Florentino Pérez, que no es tonto, ha captado todos los mensajes. Tanto los que le han llegado desde España a través de Javier Tebas, el presidente de LaLiga, como los que le han llegado desde la UEFA.
El desarrollo de la película permite concluir que Laporta ha jugado a dos barajas para salir ganador siempre, tanto si triunfaba la Superliga, en cuyo caso resolvería los problemas económicos del club, como si el tema acaba como el rosario de la aurora.
Bien haría Florentino Pérez en tomar nota de cara al futuro. Laporta es un tipo peligroso capaz de arrimarse a quien haga falta por interés. Por interés convirtió al Barça en un equipo independentista en su primer mandato y por interés colocó en su junta a un patrón de la Fundación Francisco Franco. Es una constante en su trayectoria. Laporta juega al rojo y al negro y nunca pierde.