El bocazas de Piqué recibe de su propia medicina: humillación viral

El bocazas de Piqué recibe de su propia medicina: humillación viral
El bocazas de Piqué recibe de su propia medicina: humillación viral

Gerard Piqué queda como uno de los grandes señalados del pinchazo del Barça ante el Levante: menos hablar y más trabajar

 

Gerard Piqué sobra en el Barça, al menos como futbolista. Tal vez como bufón les sirva, para escribir de vez en cuando algún tuit de esos que gustan al barcelonismo y que tapan su bochornoso rendimiento en el terreno de juego. Ante el Levante, quedó señalado como uno de los responsables de que los culés hayan desperdiciado otra bala por la Liga y muchos madridistas le recordaron sus palabras tras el Real Madrid - Sevilla al verle protestando al árbitro.

Hace tiempo que Gerard Piqué es un ex futbolista. Debería empezar a centrarse en su carrera por ser el futuro presidente del Barça, en llevar el ridículo que hace en el campo y en las redes sociales lo antes posible al palco del Camp Nou.

Él mismo fue el primero que se ofreció para dejar el Barça si no daba el nivel, pero ahí sigue con un contrato de larga duración que le reporta ingresos millonarios sin hacer prácticamente nada sobre el césped.

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"Yo soy el primero que me ofrezco, si tiene que venir sangre nueva para cambiar esta dinámica soy el primero en irme, en dejarlo, porque creo que hemos tocado fondo", afirmó tras el 2-8 ante el Bayern. Después de eso, ha seguido costando 20 millones de euros por temporada al Barça y, con 34 años ya, tiene contrato por tres temporadas más. Lo que se dice sentir los colores. 'La pela es la pela', tú.

 

Ante el Levante, Piqué volvió a quedar retratado

 

La jugada del empate repartió responsabilidades entre Piqué y Dest, quedando señalado especialmente el más veterano de los dos. Ya no le defienden ni siquiera muchos barcelonistas. Se le acaba el vivir del cuento y de los tuits desagradables contra el Madrid.

Hace falta más que eso para seguir en el Barça, donde Joan Laporta amenaza con hacer una limpieza empezando por cargarse a las vacas sagradas. No será nada fácil teniendo en cuenta lo que arrastra el nuevo presidente del Barça de la era Bartomeu: jugadores envejecidos, sueldos escandalosos y contratos de larga duración.

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Por estas razones el Barça no se ha bajado del barco de la Superliga, porque necesita más que nadie los ingresos que reportaría esta competición para intentar salvar el cuello a nivel económico.

Sin Superliga, el Barça seguirá en manos de gente como Piqué: tipos que saben provocar muy bien a los rivales pero que parecen haber olvidado que la pelota es redonda.