El sorteo de los cuartos de final de la Champions League ha deparado al Real Madrid el Liverpool como rival. El equipo de Anfield ya es de por sí un hueso duro de roer, pero además los elementos se confabulan para ponérselo difícil al Real Madrid.
Las fechas de la eliminatoria Real Madrid-Liverpool marcan el partido de ida en Valdebebas el martes 6 de abril y la vuelta en Anfield el miércoles 14 de abril. El problema para los blancos es que el Barça anda por medio, ya que el clásico de la segunda vuelta se disputará el sábado 10 de abril en el Di Stéfano.
Es decir, que el Real Madrid se jugará la temporada, tanto en LaLiga como en la Champions, en una semana y no podrá recurrir a las rotaciones porque tendrá tres partidos de máxima exigencia, con dos títulos en juego, en una semana.
El Barça y el gobierno, contra el Real Madrid
El Barça, sin duda, es el gran beneficiado ya que, fuera de Europa, podrá concentrarse excusivamente en el clásico mientras el Real Madrid tendrá sus intereses repartidos.
Pero hay más. El gobierno español decidió el 22 de diciembre restringir la entrada de viajeros procedentes del Reino Unido, lo que ha olbigado a varios equipos españoles a jugar en campo neutral cuando han tenido que medirse a rivales británicos. Es el caso reciente del Atlético de Madrid, que jugó su partido de casa de octavos de final ante el Chelsea en Bucarest, mientras que el de vuelta pudo disputarse con toda normalidad en Londres.
La medida del gobierno español finaliza el 30 de marzo, pero fuentes gubernamentales no descarten que pueda producirse una nueva prórroga para ampliar el plazo en el que los viajeros británicos tienen restringida su entrada en España.
De producirse esa prórroga, el Real Madrid debería disputar su partido de casa ante el Liverpool en campo neutral. Florentino Pérez deberá mover sus contactos para conseguir que el gobierno flexibilice su postura para permitir que el Real Madrid-Liverpool pueda disputarse con normalidad en el Di Stéfano.