Griezmann (29 años) está viviendo un auténtico calvario en el Camp Nou. (¿Qué pasa con la nueva camiseta del FC Barcelona?)
El crack francés, por el que el FC Barcelona pagó al Atlético de Madrid 120 millones de euros el verano pasado, no se ha adaptado ni al vestuario ni al juego del Barça, y en demasiadas ocasiones ha ocupado un lugar en el banquillo.
Debido a su delicada situación, Griezmann ya ha recibido hasta cinco propuestas para abandonar el barco a la deriva que es en estos momentos el equipo de Leo Messi y Quique Setién.
Arteta le quiere
Mikel Arteta es uno de los entrenadores que ha puesto sus ojos en Antoine Griezmman.
El técnico español del Arsenal quiere al delantero francés, más todavía cuando Aubameyang abandonará el club en junio de 2021.
Griezmann es el salto de calidad que ha pedido Arteta a los directivos del Arsenal.
¿Destino Old Trafford?
El otro equipo que quiere en sus filas a Griezmann es el Manchester United, que ya se interesó por el delantero cuando militaba en el Atlético de Madrid.
Según medios británicos, los Diablos Rojos estarían dispuestos a ofrecer 147 millones de euros por el delantero francés del FC Barcelona.
Dos trueques
Otros dos clubes que se han ofrecido para rescatar a Griezmann del infierno culé son de la Serie A y son los dos equipos más poderosos del fútbol italiano: la Juve y el Inter.
Según RAI Sports, FC Barcelona y Juventus están en negociaciones para incluir a Griezmann en una nueva operación tras el ‘intercambio’ Arthur-Pjanic.
El citado medio italiano apunta que el Barça podría intercambiar a Griezmann por Douglas Costa y Adrien Rabiot.
Por su parte, el Inter estaría contemplando la opción de llevar a cabo un trueque con el FC Barcelona.
El Barça está obsesionado con Lautaro Martínez, y en Milán gusta mucho Antoine Griezmann.
Vuelta a casa
Por último, el equipo quinto equipo que se habría ofrecido para rescatar a Griezmann no es otro que el Atlético de Madrid.
El delantero francés jugó en el conjunto colchonero sus mejores años como futbolista, y Simeone le acogería de vuelta con los brazos abiertos.
Eso sí, nunca traspasado, sino en forma de cesión para que el ariete recupere su mejor nivel.