Sencillamente vomitivo. Consciente de que el Procés está encallado en una vía muerta, el independentismo invita a sus seguidores, a través de sus medios propagandísticos, a dejar su vida por la causa. ¿Con muertos será más fácil? El concepto empieza a calar.
Al independentismo no le queda más recurso que el de los muertos
El independentismo catalán ha accedido a una nueva pantalla después de que las anteriores no hayan servido para nada. Ahora se trata de plantear un nuevo escenario con muertos para despertar las conciencias en el extranjero. El mismo Torra ha admitido que el diálogo en España es imposible porque el enemigo constitucionalista no negocia con la ley y ahora la estrategia pasa por buscar una concienciación del problema en el exterior con la esperanza de que alguien les compre la burra e intervenga a su favor. ¿Y qué mejor que sensibilizar a la opinión pública internacional con un mensaje contundente: "España mata en Cataluña"?
Da la impresión de que al independentismo no le queda más recurso que el de los muertos en vista de que su victimismo denunciando el "fascismo" (?) de España no se sostiene en un estado de derecho que contempla todas las libertades democráticas, incluida la del autogobierno.
El clero también pide muertes
El columnista Andreu Barnils plantea el tema abiertamente en el portal independentista Vilaweb. Allí pregunta a los suyos: “¿Estamos dispuestos a morir por la independencia? Y si estamos ¿exactamente cuantos?”. Ya necesitan hasta conocer cifras de kamikaces dispuestos a dar su vida por la causa para negociar con ellas la independencia.
El tema de los muertos empieza a ser tratado por el independentismo como un mal necesario que es preciso afrontar. El mismo Barnils abordó el tema recientemente con la monja separatista Teresa Forcades: “Parece que no valga la pena morir para cambiar una línea de frontera. ¿Y por la justicia social? Pues tal vez sí, porque esta es una batalla a vida o muerte. Hay mucha gente que muere o malvive por culpa de una distribución aberrante e injusta de los recursos. ¿Y eso cómo se arregla? En Cataluña hay unos cuantos a los que nos parece que la construcción de un nuevo país sería una oportunidad para mejorar la justicia social”.
Menos cobardía y más asumir riesgos
El columnista da a entender que siente envidia por la experiencia de los países bálticos: “¿Por qué los países bálticos encajaron decenas de muertos por el camino de la independencia y aquí ni se quiere oír hablar? ¿Es posible una independencia unilateral sin riesgos?”. Barnils parece avergonzarse de la "cobardía" de los catalanes que han optado por la reclamación en son de paz y les incita a asumir "riesgos".
Los llevan al matadero
"No estamos dispuestos a matar. Muy bien. ¿Estamos dispuestos a morir?”. No se puede ser más claro. Con muertos por el camino los golpistas darán más pena y su causa será comprendida con más simpatía en el exterior. Porque al separatismo catalán no le queda más recurso que el apoyo exterior ante el fracaso de la negociación interior. "Sin muertos la independencia tarda más", aseguraba recientemente Agusti Colomines, uno de los cerebros grises de La Crida.