El estadounidense solía violar los cuerpos de las personas fallecidas
Edmund Emil Kemper III, más conocido como Ed Kemper es uno de los criminales más conocidos a nivel internacional y sus escalofriantes crímenes han llegado incluso a protagonizar algunos de los capítulos de la serie 'Mindhunter' de Netflix.
Este asesino en serie comenzó su trayectoria matando a sus abuelos a tiros cuando tan solo era un adolescente y provocándole la muerte a la gata siamesa que tenían en el hogar, la cual finalmente enterró en el patio de casa.
Entre sus objetivos se encontraba el de convertir a las personas en muñecos, y para él el sexo y la muerte estaban muy ligados, por lo que también se encargó de realizar varios actos de necrofilia con los cuerpos.
Y es que tras estos dos homicidios anteriores, Ed Kemper cogió su coche después de una discusión con su madre y se puso a buscar a sus siguientes víctimas.
Estas eran dos colegialas que accedieron a subir al coche a cambio de que el mismo las llevara hasta la universidad de Standford, aunque finalmente fueron trasladadas hasta un lugar desierto donde les propinó varias puñaladas, las decapitó y violó.
Después, repitió esta acción con otras cuatro estudiantes que también fueron engañadas por el asesino.
Pero lejos de quedarse ahí su expediente delictivo, este terminó matando a su madre después de que la relación con ella empeorara con el tiempo.
Para ello le cortó la garganta con un cuchillo, la decapitó, violó su cabeza, la usó de diana y se comió sus órganos.
Tras realizar este asesinato, Kemper se puso a buscar quién sería su próxima víctima y decidió matar a Sally Hallet, una amiga de su madre.
En este caso, el americano la invitó a casa a cenar y cuando esta llegó se dispuso a golpearla y la agarró del cuello con tanta fuerza que terminó rompiéndole la tráquea.
Pero fue en este mismo instante cuando el autor de los hechos se dió cuenta de que había matado a su madre y a una amiga de la misma en su casa, por lo que no tendría escapatoria y decidió entregarse a la policía.
Este escribió una carta confesando todos los crímenes que había realizado, y aunque los agentes en un primer momento no lo creyeron, cuando el mismo declaró sus homicidios por segunda vez las fuerzas de seguridad comenzaron a llevar a cabo una investigación.
Finalmente, Ed Kemper fue condenado a cadena perpetua desde el mes de noviembre de 1973 y se encuentra actualmente en la Prisión Estatal de Vacaville.