El Gobierno español ha subrayado que no tiene intención de entregar al dirigente opositor Leopoldo López tras la orden de busca y captura dictada por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela y ha dicho confiar en que las autoridades venezolanas respeten la inviolabilidad de la residencia del embajador español.
Desde el Ejecutivo presidido en funciones por Pedro Sánchez se ha recalcado que la decisión judicial de ordenar la busca y captura del dirigente opositor venezolano era un "movimiento esperado" y ha recalcado que España "no tiene intención de entregarlo".
En concreto, el Tribunal Quinto de Ejecución de Primera Instancia de la Circunscripción Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas revocó la medida de detención domiciliaria al ciudadano Leopoldo López por violarla flagrantemente, además de violar la medida referida a la condición relativa a pronunciamientos políticos por medios convencionales y no convencionales, nacionales e internacionales, demostrando con ello la no sujeción a las medidas.
Leopoldo López, quien fue liberado el pasado 30 de abril por militares rebeldes, se encuentra ahora junto a su familia, su mujer Lilian Tintori y su hija, refugiado en la residencia del embajador español en Caracas "por voluntad propia".
En este sentido, el Ejecutivo español confía en que las autoridades venezolanas respeten la inviolabilidad de la residencia de este representante diplomático del Gobierno de España en Venezuela.
Leopoldo López agradece el apoyo a España y niega el golpe de Estado
El líder del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, ha comparecido frente a la residencia del embajador español en Venezuela, al que ha agradecido que le haya acogido en calidad de "huésped" y ha reivindicado la rebelión de militares venezolanos el pasado 30 de abril no como un golpe de Estado sino como parte de un proceso para la instauración de un gobierno de transición para Venezuela.
"Lo ocurrido el día martes es parte de un proceso que siempre se planteó como un primer paso, no como un proceso definitivo", ha afirmado en respuesta a una pregunta de la prensa sobre la "precipitación" de los sucesos del 30 de abril.
En cualquier caso negó que se tratara de un intento de golpe de Estado y ha amparado esta maniobra en el Artículo 333 de la Constitución.
"Cualquier venezolano, tenga uniforme o no, tiene el deber de contribuir a restituir el orden constitucional. El quiebre que se abrió el 30 de abril se convertirá en una grieta y la grieta en una fisura", ha asegurado.
López ha subrayado que las Fuerzas Armadas "son un componente fundamental de nuestra lucha". El dirigente opositor ha explicado que durante su periodo en arresto domiciliario se reunió con "comandantes, con generales y con oficiales de los distintos organismos policiales" que manifestaron su adhesión a la Constitución y al autoproclamado presidente Juan Guaidó.
Tras la rebelión de integrantes del Ejército del pasado martes, López entró en la Embajada de Chile, aunque finalmente se trasladó a la residencia del embajador español, Jesús Silva. "Agradecerle al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a los españoles, al pueblo español, que ha sido muy solidario con Venezuela", ha apuntado.
Teme una nueva detención
En ese sentido, ha subrayado que se encuentra en dependencias diplomáticas españolas en calidad de "huésped, y en esa condición me voy a mantener". Ante la pregunta de por qué está en dependencias españolas, López ha señalado que teme una nueva detención. "¿Por qué estoy aquí y no estoy en mi casa? Me buscarían nuevamente llevarme a (la cárcel militar de) Ramo Verde", ha argumentado.
"Nadie quiere volver a la cárcel. La cárcel fue un infierno, pero no le tengo miedo a la cárcel igual que no le tengo miedo a ninguna de las herramientas de represión de Nicolás Maduro", ha argumentado, al tiempo que ha recordado que pasó "tres años de aislamiento y de torturas".
Sobre el futuro de las movilizaciones, López ha fijado el plazo de la fase del "cese de la usurpación" en "semanas". Después el objetivo es instaurar un gobierno de transición que sea el que convoque y organice unas elecciones democráticas. "Sí se puede", ha remachado.