¡donDiario ha enviado un burofax a don Joaquim Torra, Presidente de la Generalitat de Cataluña!

Le hemos solicitado que pida disculpas por sus bochornosos e intolerables artículos publicados.

26 de Noviembre de 2018
¡donDiario ha enviado un burofax a don Joaquim Torra, Presidente de la Generalitat de Cataluña!
¡donDiario ha enviado un burofax a don Joaquim Torra, Presidente de la Generalitat de Cataluña!

donDiario ha enviado un burofax a don Joaquim Torra, Presidente de la Generalitat, con un requerimiento fehaciente de perdón por sus bochornosos e intolerables artículos publicados contra los españoles. A continuación, encontraréis el resguardo de dicho burofax y su contenido íntegro.

 



 

A la atención del Excelentísimo Señor Presidente de la Generalitat, el Muy Honorable Don Joaquim Torra i Pla.

Señor Presidente:

En nombre de donDiario.com, y siendo su director, le escribo este burofax para pedirle... ¡para rogarle! que en un acto de valentía por su parte pida disculpas a los españoles.

Concretamente a más de 44 millones de españoles, incluidos los nacidos en Cataluña. Españoles a los que hirió gravemente con sus escritos en diferentes diarios. Por ello le suplico humildemente que se excuse.

Que, por favor, nos pida perdón. Le suplico que lo haga, porque estoy convencido de que sabe que se equivocó gravísimamente al insultarnos y es de personas bien nacidas reconocer sus yerros.

Es cierto que cuando llegó a la Presidencia en su discurso de investidura se disculpó por los ofensivos tuits publicados contra España y los españoles. Y contra los catalanes no independentistas. Por esas calumnias publicadas en redes sociales ya pidió perdón.

Pero nunca, repito jamás, se ha disculpado ni pedido perdón por la serie de artículos que hace unos años publicó en diversos diarios catalanes en los que definió a todos los españoles como “carroñeros”, “víboras”, “hienas” y “bestias”, entre otros calificativos. Son insultos muy graves. ¡Gravísimos!

Por si no recuerda cuándo y dónde profirió esas duras descalificaciones se lo recordaré:

En un artículo publicado en El Matí el 11 de octubre de 2010, titulado ‘Día de la raza, però quina raça?’, hablaba usted de España como un país “fuente de discriminaciones raciales, diferencias sociales y subdesarrollo”:

“España, esencialmente, ha sido un país exportador de miseria, materialmente y espiritualmente hablando. Todo lo que ha sido tocado por los españoles se ha convertido en fuente de discriminaciones raciales, diferencias sociales y subdesarrollo. La ‘Madre Patria’ ha acabado devorando siempre a sus hijos y les ha dejado la peor de las herencias: una identidad contrahecha, una memoria extirpada, la suburbialización mental”.

En un artículo publicado también en El Matí, esta vez el 2 de enero de 2012, usted expresaba su rechazo a la lengua española, la de todos los españoles, incluidos los nacidos en Cataluña, y enviaba un mensaje contra todos aquellos que la usan en su tierra:

“No, no es nada natural hablar en español en Catalunya. No querer hablar la lengua propia del país es el desarraigo, la provincialización, la voluntad persistente de no querer asumir las señas de identidad de donde se vive. La lengua, cualquier lengua de cualquier país del mundo, es el alma de la patria. Sin lengua no hay país. Y cuando se decide no hablar en catalán se está decidiendo dar la espalda a Catalunya”.

También sugirió en El Món que la raza de los socialistas catalanes está en decadencia por su mezcla con la raza española:

“La última vez que se vio a un ejemplar de socialista catalán hace ya mucho tiempo, a mediados de los 70 del siglo pasado. Tenía nombre, se llamaba Josep Pallach. De hecho, la raza del socialista catalán [...] había entrado en un proceso de decadencia ineluctable, con la mezcla con la raza del socialista español. [...] Los cruces con la raza del socialista español fue aumentando y aumentando hasta llegar a mutar el propio ADN de los autóctonos. La vieja y honorable raza del socialista catalán ha de darse por extinguida”.

En otro artículo afirmó que nuestros cerebros españoles están “torturados” y que los españoles necesitamos “un psiquiatra”:

“Nosotros podemos estar como estamos, pero es obvio que España necesita un psiquiatra. Es obvio y es urgente, porque incluso uno se estremece del nivel al que ha llegado el torturado cerebro español”.

Pero hay un artículo, de una gravedad extrema, que se lo publicaron el 19 de diciembre de 2012.

“Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeros, víboras, hienas. Bestias no obstante con forma humana, que gorgotean odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con verdín, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su ADN. ¡Pobres individuos!”.

Estoy convencido, Molt Honorable Sr. Presidente que cuando relee estos textos se siente avergonzado. Le cuesta entender cómo pudo escribirlos. No entraré en análisis psicológicos porque no es el caso ni tengo idea, pero estoy convencido de que convendrá conmigo que parecen salidos de una mente enferma. Enferma de odio. ¿Por qué Sr. Torra? ¿Por qué? Sus insultos son de tal gravedad que permanecerán para siempre en la memoria de España.

¿De verdad cree que nos los merecemos? ¿Cree que semejantes descalificativos son adecuados para definir a más de 44 millones de personas que no le han hecho a usted absolutamente nada? ¿En qué le han ofendido... en haber nacido en España? ¡No, Sr. Torra! ¡No!... ¡No tiene perdón!

Y sin embargo, le disculparemos si nos lo pide.

Por favor, hágalo Molt Honorable Presidente. A todos los españoles y muy especialmente a los nacidos en Cataluña. El insulto y el odio no pueden ser la base de la relación entre usted, el Presidente de Cataluña, una maravillosa tierra que forma parte de España, y el resto de los españoles.

Pedir perdón es un acto de valor. Hágalo usted, por favor. De sabios es rectificar. Y no tenga miedo por hacerlo. Quizá unos pocos se lo recriminarán, pero la gente de bien, valorará su honorable actitud.

Señor Presidente, es tan solo un: “Lo siento, discúlpenme”.
Estamos convencidos de que lo hará. Estaremos esperando sus disculpas.

En caso contrario, hacemos expresa reserva para ejercer las correspondientes acciones judiciales.

Un saludo cordial.

donDiario.com