"Dejo todos mis cargos. Dejo la politica entendida como política de partido e institucional". Así se pronunciaba Pablo Iglesias el pasado 4 de mayo cuando, tras la derrota de Unidas Podemos en las polémicas elecciones a la Comunidad de Madrid, decidía abandonar la formación morada y provocar así un cambio de rumbo radical del partido.
Apenas unos días más tarde, el ex líder podemita hacía su última aparición pública, a través de una fotografía en la que se le podía ver en el porche de su chalet de Galapagar, sorprendiendo a todo el mundo al deshacerse de su mítica coleta.
Sin embargo, cincuenta días han pasado desde entonces, e Iglesias no ha vuelto a dar señales de actividad, ni ante los medios de comunicación, ni en las redes sociales; así pues, el ex podemita ha rechazado todas las propuestas para participar en programas televisivos, y ha mantenido inactiva su cuenta de Twitter, una de sus principales herramientas como vicepresidente segundo del Gobierno.
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Silencio absoluto que el podemita no ha roto, ni durante la celebración de la IV Asamble Ciudadana de la formación morada, ni tras la aprobación de los indultos a los presos independentistas, una de sus principales exigencias cuando estaba en el Gobierno.
Sin noticias de Iglesias en Galapagar
Pablo Iglesias no sólo ha desaparecido de la vida política y de la vida pública estos últimos meses, sino que también podría haberlo hecho de la residencia que comparte con Irene Montero en Galapagar.
Así pues, tal y como señala el diario Vozpopuli, el ex vicepresidente segundo del Gobierno podría haber abandonado la mansión de Galapagar, dando pie a fuertes rumores de separación de la pareja.
"Quien parece que ha suplido la ausencia de Iglesias es la madre de Irene Montero, Adoración. Si no se ha instalado en la casa, poco le queda, porque se la ve casi todos los días por aquí" ha señalado una vecina de la localidad.
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Situación de desaparición del ex líder morado que muchos de los vecinos también han aprovechado para cargar contra las duras medidas de restricciones y seguridad impuestas por el ex vicepresidente segundo del Gobierno en su calle ante los escraches recibidos, y que suponen una verdadera molestia para sus vecinos.
"Si no está (Iglesias), no entendemos por qué debemos seguir soportando la presencia de tantos policías y guardia civil en la zona" se quejan los vecinos de la pareja podemita "Ahora, además, nos han colocado unos bloques de plástico blancos y rojos a modo de perímetro para que nadie pueda aparcar en las inmediaciones. Esto es algo que queremos tratar en la próxima junta de vecinos porque no aguantamos más. Estamos hartos".