“Esto de los piquetes que cortan el paso, que impiden servicios, etc., me parece lamentable”, escribió en Twitter Carles Puigdemont sobre los piquetes que cortaban el paso durante la huelga general de 2010.
Una opinión que contrasta radicalmente con las declaraciones que ha hecho ahora el expresidente fugado desde Waterloo.
“Ahora mismo en la Junquera se ve la expresión de un conflicto provocado por la falta total de respeto a lo que quieren y votan los catalanes, por las condenas a 100 años de prisión y por la represión”, ha escrito Puigdemont justificando el corte de la autopista de los piquetes independentistas.
“A veces las molestias de un corte de carretera ahorran molestias mayores”, ha sentenciado desde su mansión de Waterloo.
¿Se puede ser más chaquetero e hipócrita?
Antes odiaba a los piquetes y condenaba sus acciones; ahora los defiende, los justifica y los alienta porque le interesa y porque piensan como él.
¿Qué pensarán los miles de ciudadanos y trabajadores que están atascados en la frontera al leer las barbaridades que escribe Puigdemont desde su mansión belga?
¿Qué pensarán los empresarios que acumulan pérdidas millonarias estos días por el corte de la autopista por parte de los independentistas?