Jorge Javier Vázquez no busca el amor en 'Mujeres y hombres y viceversa', programa del que se acaba de convertir en el primer tronista gay de la historia. Lo que busca es divertirse y el morbo de saber que es objeto de deseo. Él mismo lo ha reconocido en su blog para Lecturas, en el que admite que se encuentra "mortalmente aburrido".
"Pocas cosas he tenido tan claras en mi vida, y eso que varios amigos han puesto cara de póquer cuando les he preguntado su opinión. Con otros asuntos les he hecho caso, pero en esta ocasión he preguntado por preguntar, porque la decisión estaba tomada desde el principio. ¿Y por qué ahora?, os preguntaréis vosotros. Pues porque ya es hora de que lo reconozca: estoy mortalmente aburrido", admite.
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Uno de esos amigos ha sido Belén Esteban, que cree que Jorge Javier debe controlar su pasión: "El sábado, antes de empezar el ‘Deluxe’, me dice Belén Esteban en maquillaje: 'Tú juega, pero ahí no llegues a nada. Fuera del programa haz lo que quieras con los pretendientes, pero dentro ten cuidado'. Y Alicia, de peluquería, me recomienda que actúe teniendo en cuenta que me está viendo mi madre. Bueno, pues a ver qué sale. El caso es que la sola idea de solicitar una hora sin cámaras me produce mucho morbo".
Se trata de un trono, además, que llevaba planteándose desde que se quedó soltero: "Lo de ser tronista era algo que llevaba metido en la cabeza desde hace algún tiempo. Cuando lo dejé con P. estuve a punto de presentarme, pero no lo hice por respeto a nuestra memoria. No consideraba yo lógico que tras una ruptura me metiera en un programa a pasármelo de cine. Lo de siempre, el concepto de culpa judeocristiano. Pero ahora que ha pasado el tiempo considero que no debo dejar escapar la oportunidad", explica.
Una oportunidad única
Cree Jorge Javier que esta oportunidad que le están brindando es única, más ahora que apenas puede conocer gente por la pandemia: "La pandemia está empezando a golpearme psicológicamente y no estoy dispuesto a que me lleve por delante. Las posibilidades de conocer a alguien se han reducido drásticamente y no encuentro mejor oportunidad de entablar una relación que acudiendo al programa. Tengo ganas de tontear, de pensar en otro, de ponerme nervioso, de tener citas, de soñar con un beso, de estremecerme con una caricia. De decirle a alguien: 'No estás luchando lo suficiente por mí'. Y si la vida me pone esta oportunidad por delante no la voy a desaprovechar, como vosotros comprenderéis".
También quiere ser objeto de deseo y sentir que le gusta a la gente que acuda al programa: "Luego hay una cosa que me fascina: que a la gente que viene al programa le gusto. Y eso no me ha pasado a mí jamás. Lo de llegar a un lugar y tener el terreno abonado es algo que quiero experimentar antes de morirme. Yo, que he estado toda mi puñetera existencia labrando hasta quedarme sin fuerzas para no obtener ningún fruto la mayoría de veces, voy a saber lo que es sentirse deseado sin tener que sudar la gota gorda. Y me da igual que me deseen por mi popularidad, mi dinero o por los cinco perros que tengo en casa. Sentirse Jon Kortajarena por un cuarto de hora es un privilegio que no se le concede a todo el mundo, así que, como diría Lina Morgan: 'Agradecida y emocionada'".
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Por último, Jorge Javier asegura que esta oportunidad le llega en el mejor momento: "Me lo dicen hace algunos años y flipo. Me pinchan y no sangro. Vuelvo a esa juventud que no pude disfrutar por el complejo de culpa, los tormentos provocados por mi orientación sexual y por esa concepción de la existencia tan poco dada al placer y al desenfreno. El trono me pilla en mi mejor época. En esa en la que intentas hacer solo esas cosas que te divierten", finaliza.