Agentes de la Policía Nacional han detenido en Toledo al 'Pablo Escobar español', el principal importador de heroína de España. Asimismo, la autoridad policial ha desarticulado la organización que presuntamente dirigía en una operación en la que han sido intervenidos 55 kilos de esa sustancia.
Según ha informado El Caso, el narcotraficante detenido por la Policía Nacional con su base de operaciones en la provincia de Toledo y hacía "grandes importaciones" de heroína procedente de los Países Bajos. El destino de la droga era Madrid, Castilla y León, Castilla la Mancha y Extremadura.
Un adolescente de 15 años se encuentra en estado crítico tras recibir un disparo de un policía
Junto al cabecilla de la banda han sido detenidos otros nueve integrantes de este grupo criminal (seis hombres y tres mujeres). Además, se han practicado ocho registros en distintas viviendas de Madrid, Toledo y Cáceres y se está investigando un concesionario de compraventa de vehículos y un taller mecánico en la ciudad extremeña.
El detenido, conocido como "el Pablo Escobar español de la heroína", está estrechamente relacionado con un grupo internacional de narcotráfico que está liderado por una persona de nacionalidad turca que tiene el apodo de 'El Paralítico' y que es muy conocido en este sector.
Las primeras pesquisas tuvieron lugar el pasado marzo cuando los agentes detectaron que el principal investigado había contactado con conocidos traficantes de heroína. A partir de ahí, comenzaron las pesquisas para conocer todo el entramado que estaba detrás de él.
Tras varios meses siguiendo de cerca todos sus pasos, los agentes de la Policía Nacional descubrieron que la mayor parte del entramado se encontraba en Toledo, lugar en el que se ha llevado a cabo tanto la detención de las diez personas como algunas de las investigaciones.
Impactantes imágenes vía satélite de la erupción del volcán submarino del Pacífico
El 'modus operandi' del grupo criminal
La organización tenía diversas fincas y viviendas en varias localidades de esta provincia. Casi todas ellas estaban ubicadas en ámbitos rurales y las utilizaban para esconder los cargamentos de droga. Allí también la adulteraban para incrementar el volumen de la droga y ganar más dinero.
Posteriormente, procedían a la distribución de la heroína a diversos clanes y grupos criminales de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura. Como medida de seguridad, el responsable de la organización adquiría de forma habitual varios terminales telefónicos para repartirlos entre los integrantes de su organización.