Uno de los beneficios de viajar y recorrer el mundo es que la persona se nutre de un sinfín de nuevas culturas y costumbres.
Y es que cada país es un mundo y existen unas normas diferentes que pueden llegar a sorprender mucho a sus turistas.
En concreto, en Turkmenistán existe la prohición desde el año 2018 de conducir un coche negro.
Esta es una peculiaridad con la que muchos se han quedado boquiabiertos y han intentado buscarle una explicación.
Algunos ciudadanos llegaron a la conclusión que limitar la circulación de estos coches se debía a sus altas temperaturas, ya que Turkmenistan puede llegar perfectamente hasta los 50 grados en verano.
Pero esto va mucho más allá de las condiciones meteorológicas, ya que su presidente es un gran amante del color blanco.
De hecho, se rumorea que en las ciudades en las que ha estado, algunos propietarios de los edificios se pusieron a pintar las fachadas de blanco a toda prisa para satisfacerlo.
Sin duda alguna, una obsesión que le ha llevado a implantar esta normativa, la cual ha ido cambiando cada año para que la gran mayoría de los coches en el país fueran monócromáticos.
Esta es una imposición que quien se la salte puede llegar a sufrir grandes consecuencias debido a que se trata de una ilegalidad y como castigo lleva consigo una multa.
Por lo que hay que tener mucho cuidado ya no solo con el tono del coche, sino también con que los accesorios incluidos la parrilla del radiador, las piezas del parachoques o los discos no sean negros para no acabar sancionado.