Deportistas contra la vacuna

El caso de Djokovic en Australia se suma al de otras grandes estrellas como Irving o Kimmich que se han opuesto a las inyecciones

Deportistas contra la vacuna
Deportistas contra la vacuna

Novak Djokovic se ha convertido en el estandarte de los anti-vacunas por su pelea con el gobierno australiano en los últimos días. El tenista serbio consiguió una execión médica para entrar en el país a pesar de no estar vacunado, pero las autoridades ponen recelos al informe del serbio y dejan en el aire la participación del número 1 en el Open de Australia.

La ATP, la asociación mundial de tenistas, avisó a todos los participantes hace meses que sería necesario vacunarse para entrar en Australia debido a las fuertes restricciones del país oceánico. Entonces, según fuentes de la ATP, el 50% de los tenistas estaban vacunados, pero al llegar la fecha del torneo, esa cifra se ha disparado hasta el 97%. Djokovic pertenece a ese 3%, del que ahora es el líder. 

La justicia dio luz verde a su participación en el Open de Australia el pasado lunes en base al informe que presentó el serbio, pero la última palabra la tiene el ministro del interior australiano, Alex Hawke. La ATP ha pedido formalmente al gobierno australiano que permita jugar a Djokovic pero en las últimas horas han saltado a la luz informaciones que apuntan a que el serbio podría haber falsificado algún documento como una prueba PCR positiva que presentó como negativa. El culebrón de Djokovic tocará fin en estos próximos días, pero el debate de las vacunas se ha abierto en el deporte de par en par.

De Irving a Kimmich

La mayor de los deportistas ha decidido vacunarse contra el coronavirus y son pocos los que se oponen a las inyecciones. Pero llama la atención que algunos de los más férreos negacionistas de las vacunas son estrellas en sus disciplinas y han puesto en riesgo sus carreras por no confiar en el consenso científico. 

El primer caso que centró la atención fue el del base de los Brooklyn Nets, Kyrie Irving. El estadounidense, considerados uno de los mejores jugadores de la NBA, mostró su oposición a las vacunas desde el primer día y ha tensado la cuerda con su franquicia hasta el punto de quedar apartado del equipo por negarse a vacunarse. Finalmente, tras meses de polémica, Irving podrá jugar con los Nets en los partidos que se jueguen en estados que no tiene la obligación de la vacuna para todo aquel que entre a los estadios, condición que se da en Nueva York.

Estos meses apartado le han costado millones de dólares a Irving, ya que el equipo decidió retirarle el sueldo hasta que estuviera disponible para jugar. Un caso similar que el que experimentó Joshua Kimmich, futbolista del Bayern de Múnich, esta temporada. El centrocampista alemán se negó a vacunarse en un principio y su club decidió sancionarle económicamente. El jugador cambió de opinión y decidió vacunarse después de contagiarse y sufrir daños pulmonares. “Para mí era difícil hacer frente a mis miedos y recelos, por eso he estado tanto tiempo indeciso”, afirmó el teutón.

Kimmich es el caso que más ha trascendido en el mundo del fútbol, pero el centrocampista del Bayern no es el único jugador que se ha opuesto a la vacunación. N´Golo Kanté, del Chelsea, tampoco ha querido vacunarse y en España hay unos cuantos jugadores que tampoco están vacunados, aunque el secreto médico obliga a los clubes a no revelar su identidad. No hay cifras oficiales de vacunación en LaLiga, pero las autoridades apuntan que no ha habido problema con ese tema en España.

Desconfianza

El argumento que utilizan la mayoría de estos negacionistas es el de la desconfianza en el consenso científico que se ha impuesto en los últimos dos años. Hay algunos como Irving que aseguran que el coronavirus no existe y que la vacuna es un intento de los gobiernos por implantar unos chips a la población para controlarles. Otros simplemente piden que las vacunas cumplan con unos estándares médicos que, según ellos, no se aplican a las vacunas actuales.

Uno de los que más defiende esta teoría es Bryson DeChambeau, el principal rival de Jon Rahm por el número 1 del golf mundial. El estadounidense llegó a perderse los Juegos Olímpicos del pasado verano al estar contagiado de covid, pero aun así se mantiene firme en su decisión de no vacunarse hasta que se invente una vacuna que se ajuste a lo que pide. 

Una decisión arriesgada, que pone en riesgo sus carreras y que puede traerles la enemistad de una gran parte de su afición. Los que piensan como ellos le alaban y aplauden los gestos de rebeldía como el de Djokovic en Australia. Algunos deportistas como el serbio se han alzado con la bandera de la lucha contra el consenso científico y tensan el pulso con las autoridades. El resultado de esta batalla se conocerá en el futuro, cuando el virus esté derrotado definitivamente.