Cada vez que el partido de Santiago Abascal organiza una movilización o acto de campaña en territorio catalán, el evento acaba inmerso en una respuesta violenta “de origen desconocido”.
O tal vez, ya no tan desconocido, dado que la policía ha encontrado pruebas fehacientes de que estos ataques no son hechos fortuitos o reuniones populares exaltadas. (¡¡Ignacio Garriga, el alcaldable de Vox en Barcelona, promete cerrar 15 mezquitas salafistas radicales!!).
Como muchos ya sospechaban, fuentes policiales han confirmado al periódico OKDIARIO que el acoso indiscriminado a VOX lleva la firma de la Candidatura de Unidad Popular (CUP).
La CUP, según las fuentes policiales, ha sido la precursora de los distintos boicots sufridos por el partido de Abascal, a través de cuentas de mensajería desde donde se organizaban los asaltos de los partidos antisistema.
La CUP tiene una red organizada para boicotear los actos de VOX
Mensajes de “contramovilización contra el fascismo” fueron lanzados desde las redes de alerta de la CUP, en los que se incita a los agitadores a acudir al encuentro de las movilizaciones de la formación verde y sabotearlas.
Estos mensajes suponen un grave caso de actuación ilegal, dado que no cuentan con ningún tipo de permiso de concentración (al contrario que los actos organizados por VOX).
No es la primera vez que se comprueba que la CUP, que presume de operar como un partido plenamente legal, utiliza sus conexiones con grupos de acción violenta para sus fines políticos, como en el probado caso del 1-O, en el que la Policía comprobó la colaboración entre CUP, CDR y grupos antisistema de toda Europa.