Demostrado: el Ministerio de Igualdad es la mayor mentira que jamás nos hayan 'vendido' los podemitas

La experta Elena Ramallo lamenta en una entrevista que sólo la presidenta madrileña Isabel Ayuso haya querido escuchar sus propuestas.

27 de Noviembre de 2021
Demostrado: el Ministerio de Igualdad es la mayor mentira que jamás nos hayan 'vendido' los podemitas
Demostrado: el Ministerio de Igualdad es la mayor mentira que jamás nos hayan 'vendido' los podemitas

Con la llegada de Unidas Podemos al Gobierno de España de la mano del PSOE se formaba el primer ministerio de Igualdad de la historia de la Democracia española. Un ministerio, en manos de Irene Montero, que prometía cuidar de los intereses de la mujer, así como luchar fervientemente contra la violencia de género y la violencia sexual.

Una promesa que ha generado grandes polémicas en los dos últimos años, debido, principalmente, a las declaraciones de la ministra podemita, así como a algunos de los proyetos legislativos llevados a cabo desde la cartera de Igualdad, como el proyecto de la ley del 'sí es sí' o la del colectivo LGTBI.

Polémicas, unidas a un presupuesto anual de más de 500 millones de euros, que sin embargo, no han conseguido un efecto real en la defensa de la mujer, habiéndose incrementado los casos de violaciones y delitos contra la libertad sexual en 201, en comparativa con el 2019, así como el número de mujeres asesinadas en lo que va de año 2021, ascendiendo a 37 asesinatos.

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Pero no son sólo estas cifras las que desmienten la actividad y las mentiras constantes del ministerio de Igualdad; y es que la doctora en Derecho, y experta en violencia de género, Elena Ramallo, ha asegurado ahora ante los medios de comunicación que las medidas actuales sólo son un "desperdicio de recursos y dinero".

"Considero imprescindible modificar de inmediato el Pacto de Estado contra la Violencia de Género" ha explicado "pero debe ser modificado por expertos, no por políticos, y guiados por criterios ténicos y no ideológicos, como se pretende" ha criticado, poniendo de manifiesto la 'inutilidad' de la actual cartera de Montero.

"Creo que el Ministerio de Igualdad en este momento representa más bien un problema para los derechos de las mujeres y por supuesto de las víctimas. No hay interés en medidas serias o estudios rigurosos, todo es espectáculo y superficialidad, así  no se soluciona el gravísimo problema de la violencia machista" ha lamentado la experta en una entrevista con El Cierre Digital.

Solo Ayuso ha querido escuchar las propuestas

Así pues, ante la actual situación de desprotección que sufren muchas de las víctimas de violencia de género y sus hijas, a las que Ramallo atiende de forma altruista, la doctora en Derecho ha intentado ponerse al servicio, en múltiples ocasiones, tanto del ministerio podemita de Montero como del Gobierno de España, sin haber obtenido respuesta alguna de estas administraciones.

"Hace unas semanas mantuve [...] una reunión con la delegada del Gobierno para la VIolencia de Género, María Victoria Rosell. Me impactó su desprecio y desinterés" ha lamentado, sin que este caso haya sido el único "Hace unos meses [...] solicitamos a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, una entrevista [...] Todavía no hemos tenido respuesta. Hemos trasladado otras propuestas a otros organismos con los mismos resultados. Ahora esperamos que responda el presidente del Gobierno a la solicitud de entrevista".

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Una negativa del Gobierno ante la que Ramallo sólo ha tenido el apoyo, o al menos, el espacio de diálogo, por parte de la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso.

"He llamado a todas las puertas y, hasta ahora, la única política que ha mostrado interés, me ha pedido más información y propuestas para, supuestamente, realizar proyectos, es la directora de Igualdad del Gobierno de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso" ha destacado la experta, agradeciendo este interés de la administración popular madrileña en un problema que, día tras día, sigue afectando a las mujeres del país, sin que el ministerio de Igualdad parezca estar dispuesto a realizar medidas de gran calado, más allá de pinturas en las paredes o declaraciones de tinte feminista en las redes sociales.