Ya casi nadie se acuerda de Puigdemont en Cataluña, y el que aún lo tiene en el recuerdo es para hacer el ridículo más espantoso, tal y como ha sucedido con su reciente transformación en espantapájaros.
Debería estar agradecido el fugado ex presidente catalán de que las autoridades sí sigan acordándose de él. Para no seguir cayendo en el olvido, pronto se acabará entregando a la policía. Es la única manera de que se siga hablando de él sin demostrar estupidez.
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Mientras tanto, la ANC se ha dedicado a pasear un maniquí disfrazado de Puigdemont para su campaña 'Puentes por la independencia', volviendo a dar la nota y con ese mismo objetivo: que la gente no olvide a su ex líder supremo derrotado.
El maniquí Puigdemont no pasa de ser un espantapájaros, pero tiene la misma relevancia en la política que el verdadero Puigdemont.
El espantapájaros indepe
Enfundado en una camisa y corbata, con chaqueta y un lazo amarillo en la solapa, el mocho que le han puesto en la cabeza a modo de peluca y las gafas confieren un parecido indudable entre Puigdemont y el espantapájaros de turno.
Seguramente, ambos tienen también aproximadamente el mismo intelecto también. ¿No será que están intentando hacer pasar al maniquí por el verdadero Puigdemont?
La escena es dantesca, ridícula hasta decir basta: hasta este límite ha llegado el independentismo más fanático.