Albert Rivera habló claro en 'Espejo Público' ante las preguntas de Susanna Griso: "No me he drogado en mi vida, ni droga dura ni cocaína ni nada parecido, pero nunca". Es evidente que el líder de Ciudadanos está harto del bulo. (ABC destapa la opacidad de Pablo Iglesias: sin entrevistas no hay paraíso)
"Podría haberlo hecho como lo hacen algunos que critican eso, algunos de los que dicen eso y hacen bromas, me consta que algunas se drogan, y no voy a criticar a nadie por tomar esa decisión, pero mucho menos voy a aceptar que mientan sobre lo que hago", añadió.
El origen de la 'fake new'
Algunas fotos de Albert Rivera desmejorado cuando sufría una intensa agenda política ayudaron a añadir en el imaginario colectivo que el candidato de Ciudadanos tenía algún tipo de adicción a alguna sustancia.
Juan Carlos Monedero, en un acto organizado por la revista Mongolia, contribuyó a agrandar la mentira al hablar de la "excitación" de Rivera mientras se sonaba la nariz y añadía que era un político de "tiro largo".
Rivera estalló: "Si Podemos ha tenido que venir a la vida política española para hacer cosas como las que ha hecho Monedero en ese vídeo, pues mire, no hacía falta. Le voy a ser sincero, la vieja política y los viejos partidos, por mucho que les pudiéramos criticar, no se habrían atrevido a hacer una cosa como esa y desde luego yo nunca me atrevería a hacer eso con el honor de un adversario político".
"Cuando se acaban las ideas, cuando se acaban los argumentos, cuando se pone uno nervioso por los resultados posibles, se dedica uno a hacer cosas como esta. A la política española, si a algo hemos venido algunos es para volver a recuperar la confianza y no entrar en este juego", ha dicho en directo Rivera. Posteriormente ha dejado claro que "jugar con las mentiras y descalificar al rival de esa manera, me parece éticamente tan reprobable", señaló.
Rivera lo llevó a juicio y Monedero se retractó. Pero el bulo siguió cobrando vida: Ignatius Farray en el programa de la SER 'La vida moderna' ha ironizado durante mucho tiempo sobre este asunto. Y el incidente que protagonizó Rivera en el aeropuerto de El Prat, donde se saltó un control de explosivos, que no de drogas, por indicación de sus escoltas, miembros de la Policía Nacional, ha provocado una caricatura seguramente inmerecida.