La pesadilla que está viviendo Kirsten Kinch no tiene nombre. Los hechos ocurrieron en diciembre, pero hasta ahora no ha tenido ánimo para contarlo. Su historia pone los pelos de punta.
La joven irlandesa se fue de vacaciones a Islandia con su familia. Como no podía llevarse a su perra, una preciosa husky siberiana, la dejó en una guardería canina.
Nova tenía una infección en el colon, pero la perrita estaba respondiendo muy bien al tratamiento médico. Kirsten lo explicó en la guardería y también lo dejó por escrito, para que supieran como tratarla.
Sin embargo, cuando regresó de sus vacaciones tres días después, Kirsten se encontró la peor de las escenas: Nova, muerta, estaba empaquetada con cinta adhesiva en un bolsa.
Ahora, Kirsten ha querido denunciar lo sucedido en las redes sociales: "El 31 de diciembre fui directa del aeropuerto a P&E (la guardería canina) a recoger a Nova. Una vez allí, nos dijeron que Nova había muerto, la habían encontrado esa mañana ensangrentada en su jaula. Nos quedamos impactados y devastados. Pregunté si le habían dado la medicación y me dijeron que sí".
Se la entregaron, tal y como ella misma define, "como una pelota dentro de una bolsa negra y cubierta con cinta adhesiva".
"No hubo cuidado ni empatía por cómo lo hicieron. Fue traumático y desgarrador verla así, un husky de 25 kg hecho una bola", añade.
Kirsten únicamente pudo confirmar que era Nova por el microchip, y la llevó a un veterinario para que le hicieran una autopsia.