Accidente catastrófico en las Islas Galápagos. Otro nuevo desastre que sacude el archipiélago ecuatoriano. Esta vez, las protagonistas han sido cuatro jóvenes españolas que han conseguido salvarse de la tragedia que ha afectado a este región. Sin embargo, hay que lamentar la muerte de cuatro personas y, a su vez, otras dos personas que están en paradero desconocido tras hundirse la lancha entre la isla Isabela y la de Santa Cruz.
Las cuatro supervientes se encuentran en perfecto estado, aunque están conmocianadas por todo a lo que se han tenido que enfrentar y vivir en las últimos días, según informaba 'Diario Sur', que ha conseguido hablar con ellas. Un hecho que tenía lugar el domingo 25 de septiembre en la embarcación 'Angy', que transportaba a 37 personas desde la isla de Isabela hasta el Puerto de Ayora, lugar en el que se hundió.
Un barco que no cumplió con las medidas de seguridad porque solo tenía capacidad para 25 pasajeros, en lugar de los 37 que finalmente hubo. Sin duda, se puede decir que fue una verdadera negligencia por parte de la compañia propietaria de la embarcación.
Estefanía, Yaiza, Marina y Ana: los nombres de las supervivientes
Las cuatros jóvenes españolas que milagrosamente consiguieron salir a flote se llaman: Estefanía, Yaiza Marina y Ana, cuatro alumnas de la Universidad de Málaga (UMA) que tienen entre 22 y 26 años. Se encontraban en las islas Galápagos con motivo de que estaban cursando una beca de cooperación internacional vinculada a dos proyectos: uno para identificar por técnicas moleculares las especies invasoras que suponen un riesgo para la alimentación, flora y fauna autóctonas, y otro orientado a la conservación de la vegetación de las islas.
Según apunta 'Diario Sur', el hecho se originó el pasado domingo cuando se embarcaron en la lancha hacia la isla de Santa Cruz, donde se hospedan. El barco, dicen, debía salir a las 14:30 horas, pero no lo hizo hasta casi dos horas después por un fallo en uno de los tres motores.
La organización no explicó nada acerca del retraso y tampoco hizo referencia a si se había solucionado el problema. Por consiguiente, la lancha puso rumbo a la isla de Santa Cruz con mala mar. Durante las dos primeras horas, varios fallos del motor dejaron la lancha a la deriva y sobre las 18:30 horas se quedaron sin gasolina.
Unos 40 minutos después, relatan, llegó una lancha a proporcionarles combustible y volvieron a navegar durante unos 20 ó 30 minutos hasta que volvieron a tener fallos. Sin embargo, lo peor estaba por venir. Y, como consecuencia de ello, una de las jóvenes ya avisaba de la situación: "Se hunde el barco", alertaba Ana. “Escalamos como pudimos hacia la proa, que era lo único que quedaba flotando. En menos de cinco minutos nos vimos agarradas de las barandillas de metal”, relataba Estefanía a 'Diario Sur'.
Enseguida saltaron al agua y nadaron hacia el barco que les había llevado el combustible. Una vez a bordo, Estefanía ayudó a dos marineros a salvar a la gente. Mientras, las otras tres jóvenes tranquilizaban a los más pequeños. Sin duda, una situación angustiante que cambiaría la vida de los pasajeros durante unos segundos. Para colmo, no había chalecos salvavidas, elementos obligatorios en cualquier embarcación.
Por el momento, lo último que se conoce es que las cuatro superivientes españolas han decidido, a pesar de esta terrible tragedia, quedarse allí y finalizar su voluntariado en octubre, como estaba previsto.