La conquista de Constantinopla por parte del ejército otomano se produjo en 1453.
Constantinopla se encontraba en declive desde la conquista por parte de los cruzados en 1204.
Las diferencias entre la iglesia ortodoxa y la romana habían acrecentado los problemas de la ciudad.
La conquista de Constantinopla
En 1452, el sultán otomano Mehmed empezó a planificar la conquista de Constantinopla y levantó un muralla a 10 kilómetros de la ciudad.
Mehmed también intentó bloquear los suministros a la ciudad a través de la vías marítimas.
La conquista de Constantinopla empezó en abril de 1453 con el bombardeo de los muros defendidos por las tropas bizantinas.
Mehmed ordenó dichos bombardeos y realizó incursiones en la ciudad intentando abrir un hueco en las defensas de la ciudad.
Ultimátum y ataque final
Tras varias semanas de desgaste, el sultán otomano envió un ultimátum y exigió la ciudad a cambio de la vida de sus ciudadanos.
La oferta fue declinada, por lo que Mehmed lanzó el ataque final.
El asalto de las murallas permitió abrir una brecha en ellas y consiguieron entrar por una de sus puertas.
La muerte del capitán genovés Giustiniani provocó la rendición definitiva de la ciudad, que quedó en manos del Imperio Otomano.