Nacidos el mismo día del mismo año, el 17 de octubre de 1978, Pablo Iglesias e Isabel Díaz Ayuso, nuevos rivales en las elecciones del 4 de mayo para la Comunidad de Madrid, esconden en su pasado ciertas afinidades que ahora mismo resultan impensables.
Ocurrió en 2012, dos jovencísimos Iglesias y Ayuso compartian plató en 'La Tuerka', el programa de televisión conducido y producido por el líder morado. Allí acudía Díaz Ayuso, ya diputada del PP, para foguearse y ganar cintura dialéctica con el resto de contertulios.
En uno de los debates que ambos compartieron en 2012, Iglesias planteaba el tema de un redactor de esa casa que había sido acusado de golpear a un policía. Y le preguntaba a Díaz Ayuso: "¿Pensáis que es creíble que un reportero de esta casa haya podido agredir a un antidisturbios? Voy a empezar contigo, Isabel, porque estuvimos tomando cañas con él la semana pasada después del programa. ¿Tú te lo crees?"
Poco podía imaginar entonces Pablo Iglesias que esa pregunta, con el detalle añadido de las cañas, podría llegar a alcanzar la trascendencia y relevancia que tiene ahora.
Isabel Díaz Ayuso era colaboradora asídua del programa de Pablo Iglesias. En esa ocasión en la mesa también estaban sentados Íñigo Errejón y Tania Sánchez.
"España me debe una por sacar a Iglesias de La Moncloa"
Ahora Ayuso ya no es la simpática colaboradora de Iglesias y le atiza todo lo que puede. De hecho hoy mismo ha soltado: "España me debe una por sacar a Pablo Iglesias de La Moncloa".
Y ha añadido que ahora su misión consiste en evitar que llegue a Madrid las políticas de Iglesias desde el Gobierno, "que han sembrado pobreza y el hambre" en España.
Y ha acusado al líder morado de que "ha fomentado y cree vivamente en la expropiación, en la ocupación, en la intervención de la empresa, en boicots o, por ejemplo, en ataques desmedidos contra el Isabel Zendal, fomentando huelgas y, sobre todo, quemando las calles de Madrid, como hemos visto en las últimas semanas, que es el primero que lo ha alentado y jaleado".
También le ha echado su proximidad a independentistas catalanes y el entorno de ETA. Y ha añadido: "Mi preocupación es que el comunismo no entre en la Comunidad de Madrid, mi ocupación y preocupación es la libertad, que Madrid siga siendo el motor económico de España, la unidad de todos aquellos que queremos defender un proyecto de ciudadanos libres e iguales en una comunidad capital para nuestro país, donde vienen ciudadanos de todos los rincones del mundo, precisamente, huyendo de Podemos muchas veces".