La dieta mediterránea es mucho más que una forma de alimentarse es un estilo de vida en el que se combinan ingredientes, técnicas y recetas con una vida físicamente activa favorecida por la bondad del clima. Es un modo de vivir en el que se comparte y se celebra alrededor de la mesa, donde los ingredientes locales y de temporada tienen protagonismo.
Abundan los alimentos de origen vegetal y los procedentes de animales son anecdóticos, meros condimentos de recetas que han ido pasando de generación en generación, y cuyas variantes las encontramos en los diferentes países que conforman el Mediterráneo, cada una de ellas adaptada a los recursos locales.
La dieta mediterránea proporciona muchos beneficios a nuestro organismo gracias a la variedad y calidad de los alimentos que la componen. Evita la obesidad y las enfermedades cardiovasculares ya que ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
La dieta mediterránea previene la aparición de cáncer de mama y de colon y es un aliado perfecto contra la diabetes. Otra ventaja es que la dieta es rica en antioxidantes, lo que retrasa el envejecimiento de las células.