Jorge Javier Vázquez es uno de los pocos presentadores de Telecinco que no tiene problema alguno en hablar sobre su vida privada con total sinceridad.
Así pues, sus admiradores conocen muchos pormenores de la vida del de Telecinco: desde su inclinación política, hasta la sexual. Tanto, que cuando hace unas semanas afirmó que su programa es de "rojos y maricones" a nadie le sorprendió.
Sin embargo, sí hay un tema sobre el que el presentador evita hablar: de su difunto padre.
Un hombre serio, muy recto y estricto, que Jorge Javier ha afirmado que habría preferido "un hijo muerto, a uno maricón".
Pero el tiempo pasa, y Jorge Javier ha echado la vista atrás para recordar a su padre con pequeñas escenas de casa... y reconocer que él mismo se parece mucho en carácter a su progenitor.
"Me gustaría que mi padre estuviera vivo"
"Él sabía arreglarlo todo, y se lo llevaban los demonios cuando yo demostraba mi torpeza ante cualquier imprevisto doméstico" recuerda Jorge Javier en su blog de Lecturas.
Recuerdos de su niñez, como el cambiar el papel pintado de las paredes, que le hacen recordar todo lo bueno y lo malo de su padre.
Pero, ante todo, volver a lamentar que muriera "en su mejor momento: más pasota, menos sufridor, más disfrutón".
"Me da la sensación de que nos debemos años de risas" confiesa el presentador a sus seguidores, a la vez que afirma: "me gustaría que mi padre estuviera vivo para que viera que tampoco me ha ido tan mal en la vida". (La guerra entre Jorge Javier y Belén Esteban no ha hecho más que empezar y ésta es la prueba)
Pero si algo tiene muy claro Jorge Javier, es que parte de su padre aún vive... dentro de sí mismo: "he heredado ese pronto suyo [...] Lo que son las cosas, en esas ocasiones me veo reflejado en él".