En el antiguo Imperio Romano, la palabra ‘fornix’ se utilizaba para designar el lugar donde se encontraban las prostitutas con sus clientes.
La palabra fornicar procede del latín ‘fornix’ (fórnice), que era la zona abovedada de ciertas edificaciones en el antiguo Imperio Romano.
Zonas escondidas
Concretamente, el ‘fornix’ eran lugares ubicados bajo los puentes, en callejones y otros edificios, donde las prostitutas de la época se encontraban con sus clientes y mantenían relaciones sexuales con tranquilidad, pues estaba reconocido socialmente que dichos encuentros se producían sin vínculo conyugal.
Fuera del matrimonio
Por este motivo, la Iglesia se ha referido posteriormente con el término fornicar a la hora de hacer referencia a todas las relaciones sexuales ilícitas (fuera del matrimonio).
Así pues, el ‘fornix’, o mejor dicho, lo que se hacía bajo el ‘fornix’, es lo que se conoce como fornicación.
Los burdeles o lupanares de la época se construían o se establecían en zonas abovedadas o en subterráneos para pasar lo más desapercibidos posible.
El historiador Alfonso Fernández de Palencia fue la primera persona que registró la palabra ‘fornicar’ en castellano en su ‘Vocabulario’ de 1490.