Gabriel Rufián no ha tenido más remedio que confesar. El político de Esquerra Republicana se ha visto obligado a responder una de las preguntas más incómodas que se le pueden hacer a una persona: ¿dónde ha tenido sexo? Rufián no ha dudado en responder que, además de los lugares clásicos, "lo he hecho en sitios aún más incómodos que un coche".
El líder de ERC en Madrid asegura que nunca ha practicado relaciones sexuales en un vehículo, y que tampoco le llama la atención este comportamiento. Sí ha reconocido haber tenido relaciones en otros lugares, más complicados y extraños, que un vehículo o una casa: un ascensor. "A ver, yo qué sé, pues para cuando un día hable... Ascensores".
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A pesar de que admitir haber tenido sexo en algún que otro ascensor, cuya ubicación no ha revelado, tampoco ha sido capaz de averiguar si lo hizo estando en marcha aquel aparato, puesto que el movimiento podría haber complicado el encuentro entre Rufián y su pareja: "No tengo ni idea". Hasta aquí llega la 'amplia experiencia' de Gabriel Rufián con las mujeres.
El político de Esquerra Republicana siempre ha sido valorado por su, supuestamente, carisma y buena apariencia, pero la realidad es más bien otra. La hipocresía y doble moral de Gabriel Rufián es palpable en todos sus actos y palabras, como cuando fue preguntado acerca de su Primera Comunión: dijo que no la había hecho, pero sí le hubiera gustado para recibir muchos regalos y dinero.
La vida de Rufián se presta para mofas continuas: tiene otras anécdotas que adornan su vida. y la convierten en el guion de una serie surrealista. El político separatista confiesa haber sido reconocido en unos baños públicos. "Meando. Me han pedido una foto meando. Yo meando, y me han hecho así en un lavabo y me han pedido una foto meando".
Esta anécdota, sin embargo, tuvo un final feliz a pesar de la reputación de Rufián, que no suele tomarse a la ligera los ataques personales y a sus creencias políticas. Aquel día, el político separatista de ERC estaba de buen humor: "Yo he pedido: 'por favor, deja que... acabo y nos la hacemos'". Aun así, este no es ni de lejos el peor momento de Rufián en público.
El ego del político catalán ha sufrido varios varapalos a lo largo de su carrera. Uno de los más devastadores se produjo en un restaurante y dejó una huella imborrable en Gabriel Rufián, quien todavía recuerda el incidente con incredulidad. "Una vez estaba en un bar, estaba desayunando, y un señor me viene y me dice: 'Estoy contentísimo de verte. ¿Nos podemos hacer una foto?'".
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Las ansias de ser el centro de atención del político separatista se desvanecerían con la conclusión de la historia: "Entonces me voy y dice, me dice el señor: 'Bueno, encantado de verte, ¿eh? ¡Sigue así, Garzón!'. Me confundió con Alberto Garzón". La cara de incredulidad de Rufián deja entrever el duro golpe que supuso para su ego.
Rufián siempre se presta a recibir una lección allá donde vaya. Su prepotencia y superioridad impostadas le pasan factura también fuera del Congreso de los Diputados. El último lugar donde fue arrastrado por el fango fue en una gasolinera. "Una vez en una gasolinera... Reposté y tal. Fui a pagar y la chica me dijo: 'eres el número uno'". Intentando ser modesto, Rufián contestó "no hombre, tampoco tanto". Sin embargo, no todo acabaría bien para el separatista catalán: "Y me dice: 'no, no, el surtidor número uno tienes'". La respuesta de la empleada dejó a Rufián por los suelos y se habría vuelto viral si se hubiera dado en redes sociales.