Este es el dineral que se saca Victoria Federica al mes, criticado por Pilar Eyre

Victoria Federica  es un enigma. Fascina a algunos y despierta rechazo en otros. En ella conviven dos mundos: la solemnidad de la monarquía y la espontaneidad de las redes sociales. Su vida refleja los tiempos modernos. El linaje ya no garantiza respeto, pero sí proporciona una plataforma para reinventarse.

Mientras unos critican su estilo de vida, ella sigue adelante. Sabe que la fama es tanto un privilegio como un negocio. Lo ha entendido bien. En el siglo XXI, la corona no se lleva en la cabeza, sino en los likes.

Durante años,  Victoria Federica fue una figura discreta.  Sombra en los retratos familiares. Creció entre el peso de su apellido y los pasillos de Zarzuela. Pero no quiso quedarse en segundo plano. Convirtió su vida en un espectáculo de luces, cámaras y contratos publicitarios.

Su madre, la infanta Elena, no estaba convencida. Una influencer en la familia real. Sonaba herético. Pero Victoria no se detuvo. Con tenacidad, transformó sus pasiones en un negocio rentable. Caballos, moda y vida social se convirtieron en su sustento.

Un imperio de Redes Sociales

Hoy es una de las figuras más cotizadas de España. Sus ingresos superan los de muchos empresarios. La periodista Pilar Eyre ha diseccionado su fortuna. Sus cifras asombran:

Publicación en Instagram: 4.000 euros.

Aparición en photocalls: 3.000 euros.

Participación en TV: 20.000 euros por episodio.

Eventos, anuncios y discursos: hasta 50.000 euros por acto.

Su facturación mensual oscila entre 30.000 y 40.000 euros.  Una cifra envidiable. Su estatus ya no depende del apellido, sino de su habilidad para rentabilizar su imagen.

Su infancia no fue sencilla. En 2001, su padre, Jaime de Marichalar, sufrió un ictus. La familia viajó a EE.UU. para su recuperación. Fueron tiempos de incertidumbre. Nada que ver con la abundancia de la infanta Cristina y Urdangarin.

Marichalar se convirtió en una figura clave. Su amor por la moda influyó en Victoria. La elegancia de su padre dejó huella. Ella adoptó ese estilo, sumando un toque juvenil y rebelde.

Hoy, Victoria Federica brilla en eventos y redes. Todo parece calculado al milímetro. Su imagen combina sofisticación con irreverencia. En la gala de San Isidro, su discurso homenaje a su abuelo Juan Carlos I le reportó 50.000 euros.

Un ascenso meteórico. Un fenómeno que genera admiración y críticas. Pero una cosa es clara: ha sabido transformar su legado en una marca propia. Y en este siglo, el poder ya no está solo en la sangre. También en la influencia digital.