
David declaró ante el juez, muy nervioso, que tenía problemas de pareja con Anabel
Sale a la luz una nueva información del caso de Anabel Pantoja y David Rodríguez
Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, están bajo investigación. La justicia sigue su curso. Todo está bajo secreto de sumario. La incertidumbre crece.
El caso comenzó tras el ingreso de su hija en el hospital. La menor estaba en estado grave. Los médicos dieron la voz de alarma. Detectaron lesiones sospechosas. El informe médico fue contundente. Algo no cuadraba.
La niña ya ha sido dada de alta. Pero la investigación no se detiene. El Juzgado de Instrucción n.º 3 de Las Palmas de Gran Canaria lleva el caso. Se investiga un posible maltrato infantil.
No hay medidas cautelares contra los padres. Tampoco sobre la tutela de la menor. Aún así, las dudas persisten. La versión de los padres genera sospechas. No encaja con los hallazgos clínicos.

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias confirmó las diligencias previas. Se abrieron el 21 de enero. Ambos progenitores están bajo el foco judicial. Las autoridades revisan cada detalle.
Anabel y David lo están pasando mal. Su relación enfrenta momentos difíciles. Pero, según fuentes cercanas, siguen unidos. No hay fisuras entre ellos. Al menos, de puertas afuera.
Las declaraciones han generado más preguntas que respuestas. La versión de los padres no coincide con las lesiones de la pequeña. Las contradicciones son evidentes.
David Rodríguez declaró que tenía problemas con Anabel Pantoja
Pilar Vidal, en 'Y ahora Sonsoles', aporta un detalle clave. David Rodríguez tardó más en declarar. Su nerviosismo era notable. Habló incluso de problemas de pareja. Un detalle que podría ser irrelevante. O tal vez no.
Paloma García Pelayo señala otro punto crucial. La justicia no ha archivado el caso. Los padres serán interrogados de nuevo. Se esperan respuestas. La investigación podría dar un giro inesperado.
La opinión pública está dividida. Algunos creen en la inocencia de Anabel y David. Otros no están tan convencidos. La presión mediática es enorme.

Mientras tanto, los investigadores analizan cada detalle. Se revisan informes médicos. Se contrastan declaraciones. La verdad, aún por descubrir.
El proceso sigue abierto. Las dudas persisten. No hay conclusiones definitivas. Solo preguntas sin respuesta. Y una familia en el ojo del huracán.
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