Bombazo: Isabel Pantoja ha escondido hasta ahora 3 propiedades a nombre de Paquirri

La revista ‘Lecturas’ ha informado en exclusiva que Isabel Pantoja, había escondido durante 40 años, la existencia de tres fincas de la herencia de Paquirri.

Joaquín Moeckel, abogado de Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez, declaró en el programa ‘D corazón’ de RTVE, que aún hay propiedades a nombre de Paquirri.

‘Lecturas’ después de una laboriosa investigación ha podido saber que en el registro aparece como titular Paquirri.  Son unas fincas adyacentes a Cantora en Medina Sidonia (Cádiz).

Estas fincas fueron adquiridas por Paquirri poco antes de morir  y solo sabía de su existencia Isabel Pantoja. Cantora era la finca preferida del torero y quería expandirla con las tierras recién descubiertas.

Según cuenta Luis Pliego, no se cambiaron de nombre. Isabel Pantoja llegó a un acuerdo con los albaceas.

"La finca que está a nombre de Paquirri y de Carmen Ordóñez en gananciales. La compraron cuando aún estaban casados.  Estas fincas, como no están a nombre de Pantoja, los acreedores, que son múltiples, no han podido meterle mano.  Pero ahora lo estamos destapando", resume el periodista.

Estas fincas fueron adquiridas por Paquirri poco antes de morir

Tanto los hijos de Paquirri y los hermanos Rivera, también podrían reclamar su propiedad.  Los acreedores  de la Pantoja que podrían pedir que se formalice la venta para cobrar sus deudas. Un panorama nada alentador para Isabel Pantoja.

Según la abogada Eva de Andrés: "Mientras existan deudas vivas, los acreedores, la administración o particulares, están legitimados para investigar qué patrimonio nuevo. O tiene o pedir auxilio judicial para cobrar sus deudas  con sus intereses correspondientes".

Joaquín Moeckle ha aclarado la situación en ‘TardeAR’: "Es lícito, pero tiene su maldad. Imagínate que la señora Pantoja tiene deudas y sus acreedores quieren cobrar. No pueden. Hay cosas, pero no las ha puesto a su nombre".

Aunque Isabel Pantoja, ya no esté en Cantora y viva "feliz" en su refugio madrileño, el "fantasma de Cantora", la persigue por donde vaya.