Cristóbal Soria es uno de los personajes más impresentables de El Chiringuito. Su animadversión contra el Real Madrid le ha convertido en un tipo admirado por antimadridistas y odiado por los aficionados merengues, que a la mínima que pueden le atizan con cualquier cosa. Todo eso es opinión, pero lo que sucedió con su despido del Sevilla en 2011 es información.
El ahora colaborador de Josep Pedrerol fue durante algunos años el delegado del Sevilla, protagonizando varios escándalos en el Sánchez Pizjuán por el comportamiento antideportivo que tenían los recogepelotas a sus órdenes. Soria fue el instigador de que los minutos finales de los partidos en los que su equipo iba ganando se convirtieran en una pesadilla infumable.
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Han sido numerosas las ocasiones en las que Soria ha cuestionado a los equipos que se ‘dejan’ empatar en los minutos finales de un partido. Según él, cuando vas ganando y quedan pocos minutos, el partido tiene que terminarse con pérdidas de tiempo y marrullerías completamente impropias de una competición deportiva. Así es como a él le despidieron, y aun así se siente orgulloso.
Y es que cabe recordar que José María Del Nido decidió prescindir de los servicios de Cristóbal Soria después de que en la temporada 2010-11 se produjeran numerosos incidentes en el Sánchez Pizjuán protagonizados por el ex delegado de campo hispalense. Los recogepelotas adoptaban un comportamiento pasota cuando el Sevilla iba ganando, e incluso lanzaban balones al terreno de juego para parar los partidos.
Del Nido decidió despedir a Cristóbal Soria
Así, el presidente del Sevilla no tuvo ningún inconveniente en reconocer que lo que pasaba en su estadio era inadmisible: “Es impresentable. No entiendo como puede ocurrir. Ni es deportivo ni forma parte del espectáculo. Tomaremos medidas”, afirmó el presidente sevillista tras un Sevilla – Villarreal que fue la gota que colmó el vaso, y semanas después del cual fue despedido el delegado.
Entrenadores. futbolistas y aficionados de clubes rivales, medios de comunicación, analistas y el mundo del fútbol en general calificaron en varias ocasiones de “vergüenza” lo que sucedía en el Sánchez Pizjuán, un comportamiento antideportivo que Soria ha trasladado ahora a los platós de televisión, desde donde trata de humillar generalmente a los futbolistas del Real Madrid y donde es incapaz de decir una buena palabra sobre los merengues.
Sin embargo, entre el Casimiro titular, el dónde está serresiete y el Vinicius triatleta se ha ido tragando sapos poco a poco, viendo cómo los futbolistas que más critica acaban siendo de lo mejor del Real Madrid. Desde su llegada a El Chiringuito, de hecho, ha tenido que ver cuatro Champions del club blanco e incluso una Supercopa de Europa ganada a su Sevilla.
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Cristóbal Soria se vanagloria en muchas ocasiones de su etapa como delegado, pero la realidad es que con su comportamiento ensució el fútbol y mostró unos valores equivocados que le llevaron al paro. Porque en el deporte se trata de competir y de ganar, pero no a cualquier precio. Hacer trampas para conseguirlo no debería servir de ejemplo, y a eso es a lo que Soria enseñó a sus recogepelotas en aquella época.