Uno de los máximos exponentes del antimadridismo en nuestro país es, sin duda alguna, Cristóbal Soria. El tertuliano sevillano de 'El Chiringuito' primero escogió ser antimadridista para posteriormente decidir aficionarse al Sevilla. Sin embargo, el paso del tiempo ha eliminado la fachada del andaluz y ha demostrado que su única pasión futbolística es el FC Barcelona, el único club que verdaderamente siente en el pecho.
La consecución de la Decimocuarta por parte del Real Madrid ha sido demoledor para Cristóbal Soria, que todavía tenía esperanzas depositadas en el Liverpool de Jürgen Klopp y de un vengativo Mohamed Salah que no pudo estar a la altura de su bravata y se hundió después de fracasar nuevamente frente al conjunto blanco.
Los logros deportivos del Real Madrid provocan que los antimadridistas se revuelvan en sus tribunas y busquen cualquier resquicio para eliminar la historia y la grandeza del club más grande la historia del fútbol, pero sin éxito. Ni siquiera los amaños en los sorteos y las descaradas manipulaciones del reglamento en una final de la competición futbolística más seguida en todo el planeta evitaron que esta temporada los pupilos de Ancelotti levantaran una nueva Copa de Europa.
No ha sido una campaña agradable para Soria ni para el antimadridismo en general, que ha tenido que convivir con el desplome generalizado a nivel doméstico y europeo de los rivales españoles de la entidad de Concha Espina, sumando el catastrófico hundimiento del FC Barcelona. El club favorito de Cristóbal Soria ha cuajado una campaña para olvidar, con humillaciones memorables en el máximo escenario futbolístico y su caída a la segunda competición europea, donde también fue recibido con una sacudida brutal por el equipo que finalmente se alzó con el torneo: el Eintracht de Frankfurt.
Las impactantes imágenes del tertuliano, pertrechado para tan especial ocasión, han provocado una infinidad de risas en redes sociales, uno de los ámbitos donde más cómodo se siente el que fuera delegado de campo del club de Nervión. Sin embargo, el chaparrón es grande allí también, puesto que la siempre activa cuenta del exdelegado ha caído en un sospechoso silencio desde hace ocho horas, cuando daba gracias de que la temporada había acabado ya.
Es por eso que Cristóbal Soria opta por esconderse en la cueva, consciente de que le espera un verano muy largo y en el que va a predominar el recuerdo de los éxitos deportivos actuales del Real Madrid, que rebate y destroza cualquier paupérrimo argumento que intenten usar los antimadridistas para minar la moral y confianza de los jugadores, directivos y aficionados en el escudo más grande de todo el deporte universal.