Esta noche se vivirá en Old Trafford un retorno muy especial. Cristiano Ronaldo regresa a Manchester, donde creció hasta convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo y donde se abrió paso para acabar triunfando en el Real Madrid.
Sin embargo, en el emblemático estadio, le espera alguien muy especial también. No hablamos de los aficionados 'red devils', que estarán con el corazón dividido al ver a su anhelada estrella, si no de Mourinho, porque con el que fuera su técnico en el Real Madrid ha mantenido una relación de amor-odio de la que se ha hablado mucho.
Planteamientos diferentes que provocaron discusiones
Por todos es sabido que Mourinho prefiere defender que atacar. Es un entrenador especialista en amarrar los partidos, sin arriesgar demasiado y pudiendo ceder todo el protagonismo del balón al equipo rival. Eso a Cristiano no le gustaba, él siempre quería atacar y marcar y pese a que marcó un sinfín de tantos bajo las órdenes de Mou, los planteamientos del entrenador no siempre le convencían.
Un claro ejemplo fue en las semifinales de Champions de 2011 ante el Barça. Cristiano en el césped obligaba a su equipo a estar más arriba y fuera del césped se quejó del plan amarrategui impuesto por Mou. Al entrenador no le tembló el pulso y le sentó en el banquillo al siguiente partido.
Tras marchar del Madrid rumbo al Chelsea, Mourinho reconocio que "no existe relación con Ronaldo, sólo recuerdo", dejando entrever que la situación entre ambos no era la más cordial. De hecho, fueron muchos los periodistas que cubrían el día a día del Madrid los que aseguraron que estaba completamente rota.
Hoy se vuelven a ver las caras y por supuesto el técnico portugués ha elogiado tanto a Cristiano como a su nuevo equipo: "Este año es, por muchas razones, más que un candidato para ganar el título". "Ronaldo es un jugador muy especial, uno de los más importantes en la historia del fútbol", ha asegurado Mou.
La última vez que se encontraron fue en la Supercopa de Europa de 2017, cuando los blancos vencieron al United en Skopje (2-1). Allí Ronaldo acabó sonriendo, pero su registro goleador cuando se ve con Mourinho es para echarse a temblar: apenas un gol en 14 partidos.