¡¡Crean un útero artificial para que bebés prematuros puedan volver a nacer!!

Un equipo de científicos de los Países Bajos han desarrollado esta tecnología, que estará disponible dentro de diez años.

21 de Octubre de 2019
¡¡Crean un útero artificial para que bebés prematuros puedan volver a nacer!!
¡¡Crean un útero artificial para que bebés prematuros puedan volver a nacer!!

Cada año nacen en el mundo 15 millones de bebés prematuros, siendo una situación tan peligrosa para ellos que cerca de un millón mueren poco después; los más afectados, aquellos que nacen con menos de 28 semanas de gestación.

Ante esta situación, la diseñadora social Lisa Mandemaker y su equipo, trabajan incansablemente en el hospital universitario Máxima Medical Centre (MMC) para desarrollar un invento que puede cambiar el destino de estos recién nacidos: un útero artificial.
"Tuvimos que pensar en un diseño para salvar al bebé, para tenerlo totalmente fuera del útero femenino" - explica Mandemaker a la BBC. 

Un sustituto a la incubadora 

"La principal diferencia con una incubadora es que un útero artifical está lleno de líquido" - explican desde el MMC - "una incubadora está llena de aire".

Aire que, según los especialistas, provocan un "entorno hostil" en los pequeños, ya que el aire "daña sus pulmones" aún sin desarrollar completamente. 

"El útero artifical es un entorno líquido lleno de agua y todo tipo de minerales, por lo que el bebé obtiene el oxígeno y los nutrientes a través del cordón umbilical, justo como cuando estamos en el entorno natura [...] Mantenemos al bebé ahí varias semanas. El bebé crece, y a las cuatro semanas volvemos a hacer el nacimiento".

El útero artificial consiste en cinco enormes globos, en los que los bebés extremadamente prematuros están "de cierta manera, nadando en sus propios fluidos". Eso sí, todo muy controlado, ya que el útero artificial cuenta con conductos de filtrado. "Hay diferentes circulaciones en los tubos; circulación de fluidos, de sangres".

A pesar de que esta medida podría salvar millones de vidas, la investigadora y su equipo son conscientes del debate moral que su invento conlleva. "Es algo sobre lo que mucha gente probablemente se sienta incómoda"- reconocen.