Este mató a 53 personas, de las cuales en su gran mayoría eran mujeres y niños
Andréi Chikatilo fue un asesino en serie que durante años se dedicó a la labor de la enseñanza en una escuela.
Y es que el soviético durante su infancia estuvo atemorizado después de que su madre le contara una historia aterradora.
En esta le comunicó que su hermano mayor al que llamaban Stephan lo secuestraron unos campesinos de la zona y lo despellejaron.
Y lo que en un principio se expresó en forma de miedo a que le pasara lo mismo que a su hermano, con el tiempo se fue transformando en placer por ver el sufrimiento de otras personas, sobretodo si se trataba de niños y mujeres.
Andréi Chikatilo se convirtió en profesor en una pequeña escuela y formó una familia junto a su esposa, con la que tuvo varios hijos.
En la relación, el ucraniano se mostraba dócil y obediente, aunque siempre había un tema sexual que le frustraba.
Se trataba de su impotencia, ya que le costaba mucho llegar a la excitación con su pareja y esta situación llegó a generarle un gran trauma que finalmente desembocó en una sucesión de crímenes.
El primer homicidio que realizó fue en el año 1978, cuando engañó a una niña diciéndole que la iba a llevar a ver una cabaña.
Una vez que se encontraban en las afueras, este la comenzó a forcejear y se dio cuenta que viendo el sufrimiento de los demás se excitaba.
Por lo que sin pensárselo dos veces le propinó varias puñaladas mientras él se comenzaba a excitar hasta tal punto que llegó al orgasmo.
A partir de este momento, el apodado como Carnicero de Rostov comenzó su expediente criminal.
En concreto, su segunda víctima fue una prostituta de tan solo 17 años de la que Andréi había contratado sus servicios.
Este enloqueció al ver su impotencia a la hora de realizar el acto sexual y terminó estrangulándola, acuchillándola y sacándole los ojos.
Por lo que durante los 12 años siguientes el homicida continuó realizando varios asesinatos entre los que se encontraban sobretodo niños que tenían algún problema en casa y terminaban escapándose o que sufrían de alguna deficiencia.
Mientras tanto, la policía comenzó a estudiar el caso y seguir las pistas que tenían de los cuerpos que fueron encontrando hasta que un día el autor de los hechos fue detenido por haberle pedido a una prostituta sexo oral.
Y aunque fue de nuevo puesto en libertad, al poco tiempo los agentes lo volvieron a arrestar por abuso a menores y estuvo nada más que 3 meses entre rejas.
Finalmente, en noviembre de 1990 fue detenido y esta vez sí como el Carnicero de Rostov.
Durante los juicios que se realizaron el autor de los hechos confesó que disfrutaba mientras preparaba los asesinatos y que esas situaciones le proporcionaban paz mental y espiritualidad.
El homicida fue condenado a pena de muerte por los 53 homicidios que llevó a cabo y el 15 de febrero de 1994 murió a consecuencia de un tiro en la cabeza.