Almohadillas de las patas:
La única parte de su cuerpo donde posee glándulas sudoríparas es en las almohadillas de las patas. Los días de mucho calor o después de un gran esfuerzo físico podemos apreciar las huellas del animal marcadas en el suelo.
La lengua:
Todos hemos visto a un perro cansado sacando la lengua, agotado y que parece sediento. Pues no siempre tienen sed. Los perros sacan la lengua para refrigerarse. Les ayuda a expulsar el agua en forma de vapor y bajar la temperatura del interior del cuerpo.
La respiración:
Es una combinación con el punto anterior. La temperatura de un perro está entorno a los 38 grados. Si sube de esa temperatura, el perro empezará a jadear, llevando gran cantidad de sangre a la lengua para desprender la humedad de su interior.
Eficiencia termorreguladora:
Los perros de mayor tamaño tienen más dificultades para regular la temperatura de su cuerpo. Por el contrario, aguantan mejor el calor del ambiente que los perros pequeños.