Conocimiento de la vivienda: El primer contacto con un nuevo hogar debe realizarse con la participación de un número mínimo de miembros de la familia. En otras palabras, en primera instancia se debe proteger al gatito de la interacción con niños y otros animales, mientras ocurre el proceso de adaptación.
Para que la nueva mascota se adapte más rápido, debes recoger una manta o cualquier otro elemento que perteneciera al animal en su antiguo hogar, y llevarlo contigo para señalarle su nueva casa. Estos elementos contienen olores de la casa anterior y esto les genera cierta tranquilidad.
Conocer a niños pequeños: Por supuesto, un evento como la aparición de un gato en la casa no dejará indiferente a ningún niño, quienes querrán jugar inmediatamente con su mascota. Pero es mejor posponer ese encuentro, ya que mucha atención y sonidos fuertes asustarán al gato.
En los primeros 2 días, es aconsejable limitar la comunicación entre los niños y el gato al nivel del contacto visual. Mientras tanto, se recomienda darles una sesión informativa a los pequeños sobre cómo interactuar con el nuevo miembro de la familia. En el proceso de instrucción, es necesario abordar los temas de higiene y seguridad, recordándoles a los niños que los gatos tienen garras con las que pueden herir a una persona sin saberlo.
Es importante explicarles a los niños que un gatito no es un juguete, sino un nuevo miembro de la familia; por lo cual se debe tratar como tal, teniendo en cuenta sus necesidades y sus deseos.
Al principio, debes estar cerca para controlar las acciones de los niños y la reacción del gato. Pero, una vez que te asegures del cumplimiento de las reglas de seguridad y que el nuevo miembro de la familia no esté en peligro de ser confundido con un juguete, puedes relajarte.