El húngaro de origen judío Harry Houdini (1874-1926) es probablemente el mejor ilusionista y escapista de la historia.
Un mago célebre que no falleció en uno de sus famosos trucos, en los que siempre logró zafarse de la muerte.
Houdini murió el 31 de octubre de 1926 de forma extraña.
Unos días antes de su muerte, el mago fue abordado por un grupo de universitarios que decían ser admiradores suyos.
Prueba de resistencia física
Los estudiantes retaron a Houdini a una prueba de resistencia física en la que debía medirse a William Lances (estrella juvenil del boxeo).
Lances propinó un fuerte golpe a Houdini en el abdomen que pudo provocarle la rotura del apéndice, que ya estaba inflamado, causándole una peritonitis.
Fiebre y dolores
Durante los días siguientes, Houdini no pudo trabajar y estuvo aquejado de fiebre y grandes dolores.
Unos días más tarde, Houdini le confesó a su hermano que estaba "cansado" y que su problema le iba "a vencer".
La causa de su muerte sigue siendo un misterio
Nueve días después, Harry Houdini fallecía, y la verdadera causa de su muerte sigue siendo un misterio, pues no se le practicó la autopsia.
Algunos de sus descendientes creen que el mago pudo ser envenenado.
En vida, Houdini tuvo diferencias con movimientos espiritistas por ser un firme defensor de la falsedad de estas prácticas.