En el año 1986 la doctora Winnifred Cutler descubrió que las feromonas masculinas podían influir en la fertilidad de las mujeres y las femeninas en las de los hombres.
Por lo que consiguió reunir estas sustancias naturales en un laboratorio para poder venderlas como si se tratara de un perfume.
Pero, ¿cuál es su función?
Estas son unas sustancias que no tienen olor pero que los seres humanos podemos exhalar a través de nuestro cuerpo, de tal forma que generan una atracción sexual hacia el sexo contrario.
Para utilizarlas, únicamente te lo tienes que aplicar como si fuera un perfume, tanto en el cuello como en las muñecas.
Además, tienes que tener cuidado de que no entre en contacto con el agua, ya que puede eliminar su efecto y este es un producto totalmente seguro que está realizado a través de un proceso orgánico.
Como resultado, existen para los hombres la 'Athena Pheromone 10X' y para las mujeres la 'Athena Pheromone 10:13'.