Es conocido que los perros son el mejor amigo del hombre: no en vano, no sólo dan compañía dentro y fuera de casa, sino que también demuestran ser cariñosos, y saber cuidar de sus humanos en situaciones de peligro.
Situaciones como incendios, robos... o incluso, la llegada de un intruso a la propiedad, siendo muchos los perros que actúan como 'guardianes' de sus amos y de la vivienda familiar.
Es la idea que se le debió cruzar al protagonista de esta historia, Bingo, un pequeño perrete que, un día como otro cualquiera, observó que había un extraño en el jardín de su casa.
En concreto, el gato del vecino, Ollie, que ya era conocido en la zona por pasear por el barrio con total tranquilidad, sin importarle demasiado de quién era la casa 'visitada' por el felino.
Una actitud que no gustó a Bingo, que no dudó en ladrar al visitante, y lanzarse valientemente contra él cuando su humano, que lo grababa todo, le permitía salir al jardín, abriendo la puerta del mismo.
Ollie no se deja amedrentar por Bingo... que vuelve pronto a casa
A pesar de la valentía y la fuerza con la que el pequeño Bingo se lanzó hacia Ollie, dejándole claro que no le quería en su pedacito de terreno, el gatete no pareció demasiado sorprendido.
Esperando tranquilamente a que el perrete se acercara lo suficiente, Ollie no dudó en marcar territorio, lanzándose a su vez contra el perro que, asustado, volvía a la seguridad del hogar, desde donde volvía a ladrar al gatete.