Seguramente habrás escuchado en alguna que otra ocasión la expresión que dice sentir el peso de los problemas sobre los hombros, y es que esto lejos de ser algo metafórico también sucede en la vida real.
Las emociones se reflejan en el cuerpo, por lo que un alto estado de estrés o nerviosismo puede provocar alguna afección.
Una de las zonas más perjudicas es la columna vertebral, ya que según el estado de ánimo se cambia de posición y se pueden llegar a generar posturas de lo más perjudiciales para la salud.
Y es que una persona que sufre estrés o mal humor tiende a tener la cabeza agachada, anda arrastrando los pies y encorva la espalda.
Esta situación anímica provoca un sobreesfuerzo de los músculos, los cuales se contraen y hace que el torso no se mantenga del todo recto.
Además, la postura encorvada genera presión sobre los discos intervertebrales, lo que provoca dolor de espalda crónico y osteocondrosis.
Por lo que las personas que sufren estas afecciones deberán acudir a un médico u ortopedista para que le evalúen correctamente el sistema musculoesquelético y determinen si es necesario un corrector de postura u otro producto ortopédico.