China está dando pasos agigantados para modernizar sus medios de transporte y sabe que necesita de la última tecnología para acercar las ciudades y las islas del país entre sí.
El último ejemplo es la aprobación del proyecto de construcción de una línea que unirá Ningbo, al sur de Shanghái, y el archipiélago de Zhoushan en media hora.
El gobierno chino tiene un doble objetivo con el primer tren bala submarino. Por un lado quiere hacer de Zhoushan un lugar turístico y por otra no olvida que dicha ciudad es uno de los enclaves estratégicos del país y está dentro de las llamadas 'zonas especiales de desarrollo económico'.
Además, el puerto de Ningbo-Zhoushan es el más grande del mundo en cuanto a la salida de mercancías, desde el que el gigante chino exporta a diario.
China promete una inversión de más de unos 3.200 millones de euros en un proyecto de 77 kilómetros, de los que 16,2 serán construidos bajo el agua.
En la línea que abrirá el Gobierno chino habrá un total de siete estaciones, de las que cuatro serán de nueva construcción y tres serán rehabilitadas.
80 minutos
La línea conectará Hangzhou, la capital de la provincia de Zhejiang, con el archipiélago en sólo 80 minutos. Actualmente, se tardan tres horas en coche y cinco en autobús.
Además del túnel que se construirá bajo el agua, el proyecto prevé también varios kilómetros de vía sobre un puente para unir distintos puntos dentro del archipiélago, que no estará terminado hasta 2025.