Los colaboradores y presentadores de Mediaset, y en especial de programas como 'Sálvame' o 'Viva la vida', son conscientes de que, nada más pisar el plató, se convierten en personajes públicos, y que su vida privada, desde su familia hasta sus romances, podrán salir a la luz ante las cámaras para hacerles pasar más de un aprieto.
Una 'venta' de su vida personal que, sin embargo, algunos periodistas han llevado aún más lejos: así pues, algunos paparazzi habrían intentado conseguir información de fuentes policiales para conocer la dirección de los famosos, así como sus teléfonos móviles, matrículas, etc.
Cuestión que ahora está siendo investigada por la policía a través de la 'operación Delux', siendo ya muchos los famosos de Telecinco, como Belén Esteban, los que han sido llamados a comisaría para ser informados de esta investigación, siendo posibles víctimas de este ilícito traspaso de información.
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Actividad ilegal en la que ya se ha visto envuelto Gustavo González, uno de los principales paparazzi del mundo del corazón... y Kike Calleja, conocido por ser la 'pesadilla' de muchos famosos en distintos formatos de la televisión.
Y es que ha sido Chayo Mohedano la que ha señalado al periodista a través de sus redes sociales, haciendo 'retuit' a una información en la que se acusaba a Calleja de pertenecer a los "vaquillas" involucrados en la operación Delux.
Venganza contra Kike Calleja
Un señalamiento por parte de la hija de Rosa Benito a Kike Calleja que, sin embargo, no sólo pone al periodista en el punto de mira de la investigación policial, sino que también supone una clara venganza de Mohedano contra el periodista.
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Y es que conocido es por todos que, desde hace años, Chayo Mohedano y Kike Calleja apenas pueden soportarse, ni delante ni detrás de las cámaras; algo que ha llegado incluso a salpicar a Rosa Benito quien, dispuesta a defender a su hija a toda costa, se negaba recientemente a contestar al periodista en plató, a pesar de que sus preguntas nada tenían que ver con Chayo.
Una fría venganza de la Mohedano que, sin embargo, no sólo podría acabar con todas las posibilidades de reconciliación, sino que podría acabar provocando que el periodista tenga que sentarse en el banquillo de los acusados por la operación Delux por culpa de su 'archienemiga' pública.