“Que el Grupo Godó se dedique a la prensa rosa”, es el titular de la carta de ‘amor’ que ha dedicado LaRepública.Cat al Grupo que aglomera algunos de los medios más influyentes en Cataluña como La Vanguardia o RAC1.
El independentismo catalán, al igual que sus líderes, es supremacista y no cree en la diversidad de opinión.
Por este motivo, el portal separatista LaRepública.Cat carga duramente contra los medios del Grupo Godó, que desde hace varios años se muestran menos partidarios de seguir con la deriva separatista y apuestan por la sensatez.
Desde LaRepública.Cat critican por envidia “las ayudas públicas de las grandes administraciones catalanas” que recibe el Grupo Godó. Comprensible.
Sin embargo, también critican que los medios del Grupo Godó crean “fake news contra los partidarios de ejercer el derecho a la autodeterminación”.
“Torpedean las relaciones del Govern entre JxCat i ERC”, apuntan sobre el Grupo Godó desde LaRepública.Cat, cuando todo el mundo sabe que JxCat i ERC se torpedean mutuamente ellos solitos y que la división entre el independentismo es un hecho palpable.
“Torpedean las relaciones del Govern entre JxCat i ERC”
“Intentan dividir a los –como ellos les llaman- “políticos presos” y a los políticos “fugados”. ¿Cómo ellos les llaman? No están presos por sus ideas, pues de ser así Torra estaría entre rejas y los catalanes respirarían aliviados, por lo que son políticos presos. La Justicia persigue a Puigdemont y compañía, por lo que sí son políticos fugados.
Otro ejemplo de supremacismo indepe es cuando desde LaRepública.Cat critican al periodista de La Vanguardia Víctor Amela por “cargar contra TV3 por abandonar a los no independentistas”.
Vamos, que le critican por decir una verdad como un templo y defender que la televisión pública de Cataluña sea de todos los catalanes y no solo de una minoría ruidosa. (Arran ataca la sede del PP en Terrassa a martillazos)
En definitiva, la carta de ‘amor’ de LaRepública.Cat al Grupo Godó demuestra que el objetivo de la minoría independentista es alcanzar la República Catalana a cualquier precio, y claro, como los medios de comunicación más influyentes de Cataluña se han bajado del carro del procés, les escuece hasta lo más hondo porque ven que su ansiada República ni existe ni existirá nunca.