Carmen Borrego irrumpió en los programas rosas con la ironía como bandera.
Su humor y naturalidad contrastaban con el tremendismo lleno de parafernalia que sufrían María Teresa Campos y Terelu.
Pero, poco a poco, la Borrego da señales de haber perdido el norte y de no ser capaz de regresar a su vida anónima tras haber perdido valor en el mercado bursátil del corazón.
Y en Mediaset parece haberse convertido en un juguete roto.
Lo vende todo
Carmen Borrego vendió en Lecturas su positivo en coronavirus.
La tertuliana afirmó que llevaba "17 días sin salir de mi habitación y empiezo a volverme loca" y aseguraba sentir pavor por si pudiera contagiar a su marido, al que echaba mucho de menos.
El lío fue que en una conexión de 'Viva la vida' su marido se coló y evidenció que el aislamiento histérico de la tertuliana era mentira.
La Borrego se defiende: "Sigo enferma desgraciadamente, sigo dando positivo y mi marido solamente pasó para cerrar una puerta. ¿Qué importancia tiene? Mi marido estaba con una mascarilla a tres metros de mí".
Pero el match-ball que la deja tocada es que María Patiño contó que se la encontró a la entrada de una clínica estética.
Carmen Borrego asegura que acudió a la clínica para someterse a un test, hecho difícilmente creíble.
¿Hasta dónde es capaz de llegar para seguir en el candelero?